Los gatos pueden salirse con la suya con muchas de sus costumbres extrañas o preferencias exigentes, pero no comer no debería ser una de ellas. Cuando un gato deja de comer, suele ser señal de que la salud o el entorno le afectan. El problema con los gatos es que, si dejan de comer, su salud puede deteriorarse rápidamente en poco tiempo.
Aunque la mayoría de los gatos pueden pasar entre 36 y 48 horas sin comer, su salud empieza a resentirse pasadas 24 horas, lo que puede dar lugar a problemas más graves, como una insuficiencia hepática. Por eso es importante averiguar qué sucede con el apetito del gato, y consultarlo con el veterinario.
Sin embargo, cuando un gato rechaza la comida, puede ser por varias causas que se pueden solucionar. Repasamos 11 razones por las que un gato puede dejar de comer y cómo estimular su apetito.
¿Por qué ha dejado de comer mi gato?
Los gatos pueden dejar de comer por muchas razones, desde molestias leves hasta problemas de salud graves. Una razón normal por la que tu gato se salta las comidas es la administración de las vacunas básicas, lo que puede provocar efectos secundarios leves, como la pérdida de apetito.
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Motivos de salud
Si a tu gato le han diagnosticado recientemente un trastorno de salud o una enfermedad, es probable que la pérdida de apetito sea un efecto secundario. Las enfermedades renales, la diabetes, los parásitos, el hipotiroidismo o incluso el cáncer pueden provocar cambios en el apetito, según la Dra. Laura Robinson, veterinaria consultora de Canidae Pet Food.
Otras razones de salud por las que tu gato no come son:
- Problemas digestivos: La Dra. Victoria Carmella, DVM, directora de Asuntos Científicos Veterinarios de Blue Buffalo, afirma que los problemas estomacales como las náuseas, los vómitos, la diarrea o el malestar pueden provocar pérdida de apetito.
- Problemas dentales: problemas como la gingivitis o los dientes rotos pueden hacer que comer sea doloroso. El babeo o el mal aliento pueden ser signos de que es hora de ir a ver al veterinario.
- Objetos extraños: las bolas de pelo o la ingesta de objetos, como por ejemplo cuerdas, pueden causar problemas estomacales y requerir atención veterinaria inmediata.
- Problemas respiratorios: las enfermedades que causan congestión o secreción nasal pueden reducir el apetito de los gatos, ya que estos dependen de su sentido del olfato para comer.
- Alergias: las alergias alimentarias pueden alterar el estómago de un gato y hacer que deje de comer, según la Dra. Rebecca Greenstein, veterinaria consultora de Rover y jefa de veterinaria del Kleinburg Veterinary Hospital.
Causas conductuales
La mayoría de las causas conductuales por las que un gato no come suelen resolverse en uno o dos días. Si tu gato pasa más de 48 horas sin comer ni beber, debes llevarlo al veterinario.
- Exigencia: «Los gatos pueden ser muy exigentes con la comida», afirma Victoria Carmella, doctora en veterinaria y directora de Asuntos Científicos Veterinarios de Blue Buffalo. Aspectos como el olor, el sabor o la textura de los alimentos pueden hacer que se niegue a comer.
- Estrés o ansiedad: la ansiedad afecta a los gatos de forma diferente, pero a menudo influye en sus hábitos alimenticios. Las nuevas rutinas o los entornos ruidosos pueden hacer que un gato muestre desinterés por la comida.
- Viajes: los cambios de la rutina o los trayectos en coche pueden estresar a los gatos o provocarles mareos, lo que hará que tengan menos tendencia a comer.
- Tristeza o depresión: los gatos pueden sentirse tristes o deprimidos, lo que puede provocar la pérdida de apetito, afirma Mikel Delgado, experto de Rover en comportamiento felino.
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Cómo ayudar a un gato a recuperar el apetito
Cuando los gatos dejan de comer, pueden debilitarse rápidamente y sentirse mal. Es importante ayudarles a comer antes de que el ciclo empeore.
En las primeras 24 horas, puedes probar estos consejos para animar a tu gato a comer:
- Cambia el cuenco de la comida: los cuencos sucios o que causan roces en los bigotes pueden desagradar a los gatos. La Dra. Robinson sugiere cambiar a un cuenco de cerámica elevado si el gato evita los de metal.
- Traslada el cuenco a una zona menos estresante: el estrés o la ansiedad pueden dificultar que el gato coma. La Dra. Robinson recomienda mantener el cuenco de comida lejos de zonas concurridas, de otros gatos, del arenero y del cuenco del agua.
- Varía el tipo de comida: si has cambiado recientemente el tipo de alimentación, por ejemplo, de comida seca a húmeda, es posible que tu gato la rechace. Ofrécele su comida preferida hasta que vuelva a la normalidad. Todo cambio en la alimentación debe ser lento y progresivo.
- Haz que la comida huela más: la Dra. Greenstein afirma que los gatos se guían por el olfato para comer. Calentar la comida o añadirle ingredientes de olor intenso puede hacer que sea más apetecible.
- Añade un complemento: la Dra. Robinson explica que los complementos con sabor, como pavo, pollo, tortilla o probióticos, pueden seducir a los gatos más quisquillosos. El atún puede ser útil en caso de apuro, pero en exceso puede provocar deficiencias nutricionales.
- Prueba una nueva receta o marca de comida húmeda para gatos.Los gatos remilgados pueden quejarse de tu elección. Si cambiar a una nueva marca o receta funciona, puedes considerar la causa como conductual.
¿Debería darle comida humana al gato?
Aunque no se recomienda darle a un gato comida pensada para el consumo humano, puedes probarlo mientras esperas a que llegue la cita con el veterinario. Como hemos mencionado, debes utilizar la comida humana como complemento y no como sustituto total de la alimentación felina.
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Cuándo ver a un veterinario
Si sospechas que tu gato no ha comido nada en las últimas 24 horas, ponte en contacto con el veterinario de inmediato. Incluso si tu gato solo ha comido golosinas, es importante que te asegures de que no haya ningún otro problema subyacente que cause la falta de apetito.
Algunos signos que tu gato puede presentar son:
En la clínica, el veterinario y tú podréis elaborar un plan para que el gato vuelva a comer. En los casos más extremos, es posible que tengas que alimentar al gato con una jeringa, pero la mayoría de las veces el veterinario te recetará estimulantes del apetito y comida húmeda.