- No sustituye a consejo veterinario profesional.
Salir a pasear es el mejor momento del día para muchos cachorros. Es una ocasión para explorar, quemar el exceso de energía y pasar tiempo con su humano preferido. Si a tu perro normalmente le encanta su paseo diario, pero de repente se niega a andar, es normal que te sientas confundido, frustrado o preocupado.
A veces, un perro testarudo se niega a caminar debido a factores físicos, como molestias, dolor o enfermedad. Otros pueden simplemente tener un problema con algún elemento del entorno, como el ritmo o la dirección en la que caminas. Es fundamental llegar hasta el fondo del motivo por el que tu perro se niega a pasear, ya que a menudo hay una solución sencilla, y si se trata de algo grave, es crucial intervenir cuanto antes.
Hemos hablado con veterinarios y especialistas en conducta animal para saber qué provoca la resistencia a caminar y cómo pasear a un perro que se niega a cooperar. A continuación encontrarás soluciones sencillas, además de puntos que debes evitar y que podrían empeorar la situación.
Causas
Según la Dra. Nita Vasudevan, veterinaria de Embrace Pet Insurance, hay muchas razones por las que un perro puede negarse a pasear con correa. El primer paso para corregir el problema, afirma, es averiguar si la resistencia de tu perro está motivada por factores físicos, conductuales o ambientales.
Estas son algunas de las razones más comunes por las que un perro puede negarse a caminar.
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Dolor
Si tu perro parece estar incómodo cuando se niega a caminar, es muy probable que tenga dolor. La Dra. Sabrina Kong, veterinaria titulada y adiestradora de perros de We Love Doodles, afirma que las lesiones o los problemas de salud pueden provocar que un perro no quiera pasear. Los problemas óseos y articulares, como la osteoartritis y la displasia de cadera, son especialmente frecuentes.
El dolor no es algo que deba ignorarse. Acorta el paseo y pide cita al veterinario. Los signos de dolor pueden incluir cambios en la forma de andar o la postura, movimientos rígidos, respiración inusual, temblores o escalofríos y lamer o morder una zona específica del cuerpo.
Malestar
Las molestias más leves que el dolor pueden hacer que un perro se detenga durante un paseo o se niegue a salir por completo. La Dra. Vasudevan afirma que las causas más comunes de incomodidad son que el arnés del perro esté demasiado apretado o que la correa sea demasiado corta. Un nuevo accesorio de paseo con el que tu perro aún no se siente cómodo también puede hacer que se quede quieto frente a la puerta.
Los problemas médicos pueden igualmente ser motivo de incomodidad, aunque no hagan que pasear le resulte doloroso a tu cachorro. «Las afecciones respiratorias o cardíacas pueden causar fatiga», afirma la Dra. Vasudevan, lo que podría dificultar el paseo o hacerlo incómodo. Los perros con sobrepeso u obesidad también pueden tener dificultades para caminar más allá de cierta distancia.
Miedo
Si tu perro se niega de repente a pasear, aunque normalmente le guste, o rechaza avanzar en una dirección concreta, podría deberse al miedo o al recuerdo de una experiencia negativa. Lillian Ciardelli, analista conductual certificada asociada de Behave Atlanta, afirma que los perros pueden interiorizar el miedo a un suceso doloroso o estresante.
La negativa a pasear por miedo podría incluso estar relacionada con un hecho traumático puntual. Por ejemplo, si tu perro se peleó con otro perro, es posible que recele de volver a tomar esa ruta. O si un coche petardea durante el paseo y asusta al perro, puede que en el futuro quiera evitar la calle en la que ocurrió.
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Falta de adiestramiento
«La falta de familiaridad con la correa, el arnés o las normas al pasear puede provocar resistencia», afirma la Dra. Vasudevan. Caminar con correa no es algo natural para los perros, e incluso puede resultarles aterrador al principio. Suele ocurrir con los cachorros que se niegan a caminar y con perros adultos rescatados que no han sido adiestrados.
Temperatura o clima
El clima también puede influir en los paseos con tu perro. A muchos perros no les gusta salir cuando hace frío. Esto vale por dos en razas de pelaje fino, como los galgos y los beagles, y razas de talla pequeña, como los chihuahuas. Los perros de más edad, en particular, pueden notar que el frío agrava sus problemas articulares, mientras que otros no toleran la lluvia o la nieve.
El calor también puede ser un factor disuasorio. Si tu perro se muestra entusiasmado ante la idea de salir a pasear, pero pierde el interés a mitad de camino, es posible que el calor sea la causa. Es importante reconocer los signos de un golpe de calor para evitar poner en peligro al perro.
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Soluciones
«No pasa nada por saltarse un paseo de vez en cuando», afirma la Dra. Vasudevan, «especialmente si tu perro muestra signos de estrés o malestar». Sin embargo, sigue siendo importante identificar la razón por la que se niega a pasear y encontrar una solución adecuada.
A continuación te explicamos cómo resolver los factores físicos, conductuales y ambientales que pueden hacer que un perro rechace pasear.
Factores físicos
Si pasear le causa dolor a tu perro, lo mejor es que consultes al veterinario de inmediato. Es posible que te recomiende reposo, analgésicos o incluso hidroterapia. Si el veterinario te recomienda suspender los paseos temporalmente, realizar ejercicios suaves, por ejemplo con rompecabezas, puede ayudar a mantener a tu cachorro estimulado mentalmente.
Si el problema es la incomodidad más que el dolor, un buen punto de partida es revisar los accesorios de paseo. «Prueba con diferentes modelos y elige un arnés cómodo», aconseja la Dra. Vasudevan, «para ver si el problema es de incomodidad». Es posible que tengas que ajustar el arnés de tu perro o comprar botines de otra talla.
Factores conductuales
El miedo, la falta de familiaridad y las asociaciones negativas pueden provocar que un perro se niegue a pasear. La Dra. Vasudevan recomienda el adiestramiento con refuerzo positivo.
Para los perros que tienen miedo de salir a pasear, recomienda: «Empieza con paseos cortos en zonas tranquilas y familiares para que gane confianza». Dale muchos elogios y golosinas para ayudar a tu perro a desarrollar asociaciones positivas con el paseo. Si tiene miedo a una experiencia o ruta concreta, es posible que tengas que desensibilizar poco a poco la respuesta de miedo. Un adiestrador profesional puede ayudarte a conseguirlo.
Factores ambientales
No puedes controlar qué tiempo hará, pero sí elegir deliberadamente cuándo pasear para reducir la resistencia de tu perro. «Pasea siempre en las horas más frescas del día para evitar aversiones relacionadas con la meteorología», aconseja la Dra. Vasudeven. En verano, puede significar pasear temprano por la mañana o esperar a que empiece a ponerse el sol.
Si a tu perro no le gusta pasear cuando hace frío, prueba a ponerle un abrigo o jersey canino. Un juego de botines puede hacer que caminar sobre el pavimento frío sea más cómodo, y la cera para patas te permite proteger a tu cachorro de los productos químicos nocivos que se utilizan como anticongelante. Siempre puedes acortar los paseos en invierno y optar por el ejercicio en interiores cuando las temperaturas caigan bajo cero.
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Qué no hacer
Bregar con un perro que se niega a caminar puede ser frustrante, especialmente si ya estás a mitad del paseo. La solución ideal en una situación determinada puede no ser evidente de inmediato. Sin embargo, hay puntos que sin duda debes evitar, ya que podrían empeorar las cosas tanto para ti como para tu perro.
No le grites al perro
Gritar solo confunde más la situación, añade estrés y puede asustar al perro. Es posible que tu mascota ni siquiera entienda por qué le gritas. Si se repite habitualmente, podría dañar el vínculo entre el perro y tú, y dar pie a otros problemas de conducta en el futuro.
No arrastres al perro
Está bien tirar ligeramente de la correa para llamar la atención del perro, pero nunca lo arrastres. Puede parecer lógico tirar de un perro que se niega a caminar, como si el simple hecho de movilizarlo fuera a hacer que siga andando por sí mismo. Sin embargo, podrías lesionarlo accidentalmente o causarle un estrés innecesario, además de enseñarle malos hábitos.
No fuerces al perro a ir en una dirección que le da miedo
No puedes explicarle a tu perro el concepto de vencer los miedos propios, por lo que obligarlo a caminar hacia algo que le atemoriza no hará más que reforzar ese miedo. Tener experiencias negativas durante los paseos puede hacer que tu perro se resista más en el futuro. Tu perro podría incluso desconfiar de ti si deja de verte como una figura protectora.
¿Cuándo no funcionan las golosinas?
En algunos casos, un perro que se niega a caminar puede que solo necesite un poco de aliento. Si no está acostumbrado a llevar arnés o a caminar por una zona desconocida, por ejemplo, ofrecerle golosinas puede ayudarle a asociar la experiencia con algo positivo. Pero ni siquiera las golosinas más sabrosas pueden superar un dolor o enfermedad.
Si tu perro suele responder a los estímulos comestibles, pero dejan de funcionar, es hora de hablar con el veterinario.
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Consejos para la próxima vez
No obligues a tu perro a hacer algo que no quiere, pero tampoco renuncies por completo a pasearlo. Al fin y al cabo, la actividad diaria es esencial para mantener a tu perro en forma y buen estado de salud.
Si tu perro se niega a caminar con regularidad y el veterinario ha descartado que tenga dolor o esté enfermo, prueba a hacer algunos ajustes en tu rutina de paseos. Aquí tienes varias ideas.
Prueba con nuevos accesorios
Si tu perro se niega a pasear porque no le gusta su correa o su arnés, prueba con un equipo nuevo. Los perros que se sienten limitados por un arnés tipo chaleco, por ejemplo, pueden preferir un arnés de paso o un collar ronzal. No tengas miedo de probar diferentes longitudes y pesos de correa.
Cambia de ruta
Algunos perros prefieren que las cosas sean predecibles, mientras que otros son un poco más aventureros. Un perro que se niega a caminar en determinadas direcciones puede ver u oler algo que le interese explorar en otro lugar. Prueba a seguir una ruta diferente, visita un parque o dirígete hacia otro barrio para pasear y mantener el interés de tu perro.
Deja que tu perro guíe el paseo
Los paseos son estupendos para hacer ejercicio, pero este no es el único beneficio para tu perro. Un paseo largo le ofrece la oportunidad de utilizar todos sus sentidos. Si tu perro no quiere pasear sin más, prueba a dejar que te guíe. ¡Deja que huela todo lo que quiera!
Camina un poco más rápido
En el extremo opuesto de los perros a los que les gusta pasear para estimular la mente se encuentran aquellos a los que lo que les gusta es moverse. Si crees que tu perro se aburre cuando pasea, prueba a acelerar el ritmo para que le resulte un poco más estimulante. Incluso puedes entrenarlo para que corra contigo.
¿Cuándo debes pedir ayuda?
La Dra. Vasudevan afirma: «Si se niega a caminar de forma constante, puede que sea el momento de acudir al veterinario». Si tu perro no responde a los estímulos suaves ni a los consejos recomendados anteriormente, es posible que le pase algo.
«Los signos de dolor, como cojera, gemidos, posturas inusuales o cambios repentinos en el comportamiento», expone la Dra. Vasudevan, siempre deben comunicarse al veterinario. Por otro lado, la resistencia conductual puede tratarse mejor con un especialista en comportamiento animal o un adiestrador de perros certificado.