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- No sustituye a consejo veterinario profesional.
Si tu perro tiene un pelaje abundante, puede que no te hayas dado cuenta de que tiene ombligo. ¡Pero sí lo tiene! De hecho, todos los perros lo tienen.
La función del ombligo de un perro es la misma que la de un humano. Marca el lugar donde el cordón umbilical unía al feto con la madre. Los cordones umbilicales permiten a las crías en crecimiento obtener todos los nutrientes que necesitan para desarrollarse en el útero.
Los ombligos en los caninos son generalmente inofensivos y no son más que un recuerdo de sus primeros días. Sin embargo, a veces pueden indicar problemas de salud subyacentes, como hernias. Vamos a echar un vistazo más de cerca a lo que implica el ombligo de los perros.
¿Dónde tiene mi perro el ombligo?
El ombligo de los perros está situado en el vientre, como el de los humanos.
«Encontrarás el ombligo de un perro en su parte inferior, en medio de la barriga, en la base de la caja torácica, normalmente entre dos pezones«, revela Shauna Spooner, enfermera veterinaria colegiada de la organización benéfica para mascotas PDSA.
Imagen de: Brad Covington | iStock
Sin embargo, mientras que los ombligos humanos son fáciles de encontrar, puede ser más difícil localizar el de tu perro. Aparte de estar cubiertos de pelo, los ombligos caninos pueden tener un aspecto menos evidente. Por ejemplo, el ombligo de los perros no siempre es muy grande. «El ombligo de un perro suele ser mucho más pequeño que el de un humano. Y es relativo según el tamaño del perro», dice Spooner.
Así que, aunque tengas un chihuahua con el pelo más corto, ¡no esperes que tenga un ombligo muy notable!
¿Cómo se forma el ombligo de los perros?
El ombligo de tu perro se ha formado de la misma manera que el tuyo. Cada cachorro tiene su propio cordón umbilical, que se desarrolla durante las primeras semanas de crecimiento del embrión y lo conecta a la placenta de la madre. El vínculo se mantiene hasta que nace el cachorro.
Tras el nacimiento, la veterinaria Adelaida afirma que la madre muerde y rompe el cordón umbilical, dejando unos dos centímetros de cordón unidos al cachorro. Después, unos días más tarde, el «muñón» del cordón umbilical se desprende del recién nacido, dejando una cicatriz.
Los perros son animales «placentarios», lo que significa que la madre suministra nutrientes y sangre al feto en el útero a través de un cordón umbilical. Casi todos los mamíferos (incluidos los humanos y los gatos) son placentarios.
Imagen de: | iStock
¿Los ombligos de los perros son como los de los humanos?
Mientras que los ombligos humanos suelen ser más pronunciados y «profundos», los de los perros pueden tener un aspecto algo diferente.
«Como el ombligo es una cicatriz, puede difuminarse y ser más difícil de localizar a medida que el perro envejece«, revela Spooner. El ombligo de tu perro también puede ser menos profundo que el tuyo o más alargado que circular.
Además, los humanos pueden tener el ombligo hacia adentro o hacia afuera. Sin embargo, si tu peludo tiene el ombligo hacia afuera, podría ser indicio de un problema médico. Spooner explica que los cachorros recién nacidos pueden tener el ombligo hacia afuera, y es probable que se trate de tejido cicatricial sobrante o en proceso de cicatrización.
No obstante, una vez superada esta fase inicial, los ombligos hacia afuera no son normales. «Si el ombligo parece hinchado, inflamado o amoratado, puede ser señal de una hernia umbilical, que debe revisar un veterinario«, afirma Spooner.
Si te preocupa o no estás seguro/a, no dudes en pedir la opinión de un profesional.
Complicaciones de salud asociadas al ombligo del perro
Los cachorros recién nacidos son los que corren más riesgo de infección relacionada con el ombligo. Sin embargo, explica Spooner: «Existe un pequeño riesgo de infección umbilical en los cachorros recién nacidos, sobre todo si el cordón umbilical se corta muy cerca del cuerpo, o si la madre transfiere bacterias al retirar el cordón».
Las hernias umbilicales son la principal preocupación sanitaria, con una posible relación con los ombligos. Pero, ¿qué son?
«Una hernia umbilical se produce cuando el ombligo no se sella correctamente después del nacimiento», explica Spooner. Esto significa que el tejido o la grasa del abdomen, o incluso los intestinos, pueden empezar a sobresalir.
Revela que una hernia puede «tener aspecto de una hinchazón blanda bajo la piel y puede agrandarse cuando el perro se pone de pie, ladra o llora«.
Por suerte, las hernias umbilicales no son muy frecuentes. Un análisis de más de 22 000 perros atendidos por veterinarios a lo largo de un año reveló que menos del 1 % las había experimentado.
Hay varios factores que pueden hacer que un perro desarrolle esta afección:
- Genética. Las hernias umbilicales son hereditarias. Esto significa que «lo ideal sería que los perros que han tenido hernias umbilicales no tuvieran cachorros, ya que sus crías tienen más probabilidades de nacer también con esta afección», observa Spooner.
- Raza. Aunque no está claro por qué, Spooner explica que algunas razas (como el Shih Tzu) son más propensas a desarrollar hernias umbilicales.
- Traumatismo. «Si el cordón umbilical se extrae de forma traumática al nacer, puede aumentar el riesgo de que se desarrolle una hernia», afirma Spooner.
Imagen de: | iStock
¿Cómo se tratan las hernias umbilicales?
Spooner dice que las hernias umbilicales no suelen causar molestias en los perros. Sin embargo, es absolutamente necesario que las evalúe tu veterinario.
Si un cachorro recién nacido tiene una hernia umbilical pequeña, es probable que se cierre sola en unos seis meses y no requiera más tratamiento. Sin embargo, las hernias más grandes suelen requerir cirugía, un procedimiento que, según Spooner, «suele hacerse al mismo tiempo que se esteriliza al perro, siempre que no haya otros problemas».
Si no se tratan, las hernias más grandes pueden causar más problemas de salud. «En casos aislados, el tejido que ha atravesado la hernia puede atascarse, lo que puede significar que la sangre no pueda circular», explica Spooner. «Se trata de una urgencia y requiere una intervención quirúrgica inmediata».
Entre las señales de tejido atascado, señala, están el dolor y que la hernia se endurezca o aparezca roja y amoratada.
Conclusiones
Todos los perros tienen ombligo, y la mayoría de las veces esta cicatriz es inofensiva. Sin embargo, cuando no se cierra correctamente o se produce una infección, puede provocar otros problemas de salud.
Las hernias umbilicales no son el único defecto que puede afectar a los perros. Por ejemplo, nuestros peludos también pueden sufrir defectos congénitos del corazón, palatosquisis (conocida como «paladar hendido») y defectos del músculo esquelético. No siempre se conoce la causa de un defecto en una mascota. Sin embargo, el MSD Veterinary Manual revela que a veces se deben a factores ambientales o genéticos.
Existe un largo debate sobre si determinados tipos de perros (como las razas puras) corren más riesgo. Algunos estudios han revelado que diversas afecciones hereditarias son más frecuentes entre los perros de raza pura que entre los mestizos. Mientras tanto, otras investigaciones han revelado que las razas mestizas no son inmunes a portar genes que conducen a enfermedades recesivas.
En cualquier caso, no debes alarmarte. Los defectos en los perros son relativamente poco frecuentes, y el MSD Veterinary Manual afirma que entre el 0,2-3,5 % nacen con alguno de ellos. Además, algunas afecciones pueden tratarse con cirugía, mientras que otras pueden controlarse con medicación y otros tratamientos.