Es difícil ver a un gato y no acariciarlo; y, de hecho, la mayoría de los gatos piden que los acaricien. “A los gatos les suele gustar que les toquen la cabeza, la barbilla y el cuello”, dice la Dra. Carling Matejka, doctora en medicina veterinaria y portavoz de Solid Gold. A otros ni les va ni les viene el contacto físico, y la mayoría tienen zonas prohibidas en puntos vulnerables como el vientre y las extremidades. Por eso es esencial saber cómo y dónde acariciar a un gato.
Pero, ¿por qué les gusta a los gatos que les rasquen las mejillas y la barbilla? Pues bien, los gatos viven impulsados por los olores. Y parece ser que los lugares donde prefieren que les acaricien desprenden un montón de aromas llamados feromonas, solo que nosotros no podemos olerlos. Rascar la mejilla o la barbilla de un gato hace que tu olor se mezcle con el suyo, lo que le hace aún más feliz.
Por otro lado, rascarle la barbilla a un gato también es bueno para la salud de ambos. De hecho, si tu gato ronronea cuando le ayudas a aliviar el picor, ¡aún mejor! Los estudios han descubierto que el ronroneo es bueno para la salud del gato: fortalece sus huesos y músculos, ayuda a curar heridas y tranquiliza a tu felino favorito.
Pero las feromonas solo rozan la superficie del amor de tu gato por las caricias en la barbilla y las mejillas, dice la Dra. Matejka. Estas son las razones por las que a los gatos les encanta que les rasquen la cara.
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1. Los gatos tienen feromonas en la cara
Las feromonas son pequeños comunicadores olfativos que liberan las glándulas de todo el cuerpo. Las distintas especies (¡incluidos nosotros!) liberan feromonas, pero solo pueden ser detectadas por animales de la misma especie, como en la comunicación entre gatos.
“Todos los gatos producen una amplia gama de feromonas que envían diferentes mensajes y significados a otros gatos, lo que luego influye en los comportamientos“, explica la Dra. Matejka. Las feromonas felinas marcan el territorio, dan pistas sobre la identidad de un gato, crean familiaridad, mejoran el vínculo afectivo, son una señal para las parejas sexuales, ayudan a la madre y a los gatitos a establecer vínculos afectivos, a tranquilizarse, son una señal de felicidad y muestran estrés o miedo.
Hay muchas glándulas de feromonas en la cara de tu gato y cerca de ella, como debajo de la barbilla, en la parte inferior de las orejas, la frente, las mejillas y alrededor de la boca (además de en otras partes del cuerpo). Cuando rascas a tu gato bajo la barbilla y en las mejillas, te está cubriendo con su olor.
Entonces, si no podemos detectarlas, ¿por qué tu gato quiere empaparte de feromonas? “Eso es que te está diciendo que se siente cómodo contigo y te acepta como parte del grupo“, dice Samantha Bell, experta en gatos de Best Friends Animal Society. “Es amor”.
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2. Los gatos creen que los estás acicalando
No es solo el intercambio de feromonas lo que crea vínculos entre los gatos o con sus humanos. “Los gatos también expresan su amor acicalándose unos a otros”, dice Bell. Tanto si tu gato te lame como si tú lo acaricias, ambos son representativos del acicalamiento. Tu gato puede estar muy agradecido contigo cuando le “acicalas” en lugares que no puede lamerse por sí mismo, como debajo de la barbilla o en las mejillas.
3. A los gatos les encanta la sensación
La Dra. Matejka compara el rascar a un gato bajo la barbilla con el masaje de espalda a un humano: es algo que sienta bien. Algunas señales de que estás acariciando a tu gato correctamente (según tu gato) son:
- Ronronea
- Orejas erguidas
- Amasado
- Empuja contra tu mano para pedirte más caricias
- Una expresión relajada, incluidos los ojos entrecerrados
- Una postura relajada, incluido el movimiento lento de la cola
4. Los gatos quieren tu atención
Los gatos nos empujan con la cabeza y frotan sus mejillas contra nosotros para llamar nuestra atención. Según la Dra. Matejka, tu gato lo aprendió de su mamá, que llama la atención de sus cachorros con golpecitos con la cabeza, empujoncitos y roces con la mejilla.
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5. Los gatos intentan detectar tus feromonas
Has estado fuera todo el día y tu gato quiere saber dónde has estado. “Los gatos pueden frotarse contigo para intentar detectar olores y feromonas de tus manos y tu cuerpo”, dice la Dra. Matejka.
Si huelen algo que les interesa de verdad, puede que incluso abran la boca y arruguen la cara. No, no creen que apestes, solo están olfateando mejor con el órgano de Jacobson.
6. Les pica la cara o tienen acné en la barbilla
¿Tu gato te está pidiendo últimamente que le rasques más la barbilla y las mejillas? Si un gato tiene picores, puede ser señal de una afección cutánea o parasitaria, como acné felino, picaduras de pulgas o una alergia alimentaria. Todas estas afecciones pueden hacer que tu gato se frote las mejillas y la barbilla contra ti, los muebles y cualquier otra cosa que pueda proporcionarle algo de alivio.
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“Si a tu gato le pica la cabeza, lo verás rascándosela con las patas. A menudo, también son zonas de enrojecimiento, pérdida de pelo, formación de costras e incluso sangrado si les pican mucho”, dice la Dra. Matejka. Si detectas alguna de estas señales, pide cita con tu veterinario.
Consejo de experto: si no estás familiarizado con el acné felino, éste suele estar causado por una sobreproducción de grasa en la barbilla. Esto puede bloquear los folículos pilosos y hacer que tu gato tenga lesiones que producen picor y, a veces, dolor. Parece ser que cambiar los comederos de plástico por otros de acero inoxidable y lavarlos antes de cada comida reduce el riesgo de acné felino. Si tu gato tiene acné, no utilices productos para el acné humano y, en su lugar, acude al veterinario para que le proporcione cuidados adecuados para gatos.
Conclusión: a los gatos les encanta obtener la atención suficiente
Tu gato te demuestra afecto frotándose las mejillas, la cara y la frente contra ti y recibiendo a cambio sus adoradas caricias. Entonces, ¿deberías frotar tu cara contra tu gato? Aparte de uno o dos pelos de gato en el ojo, Bell advierte que obligar a tu gato a frotarse contra ti podría asustarle y acabar en un arañazo que no disfrutarás para nada. “Pero puedes acercar tu cara a la cabeza de tu gato y ver si está de ánimos”, propone.
También puedes ceñirte a los lugares de probada eficacia donde a la mayoría de los gatos les gusta que les acaricien, como sus cuartos traseros. Intenta acariciarlos suavemente en la misma dirección en que crece su pelaje, y por lo general evitando rascarles de forma agresiva, como podría gustarle a un cachorro. “La mejor forma de establecer un vínculo con tu gato es descubrir sus cosas favoritas y seguir haciéndolas”, dice la Dra. Matejka.
Independientemente de dónde y cómo prefiera ser acariciado tu gato, añade la Dra. Matejka, “recuerda que nunca debes forzar el afecto en tu gato. Tu gato quiere poder confiar en ti y tomar decisiones por sí mismo”.