Es una de las poses más representativas de los gatos: la espalda arqueada, el pelo de punta y la cola erguida. Si tu gato arquea la espalda, puede significar muchas cosas. Por ejemplo, una espalda arqueada puede significar que se está estirando, que tiene ganas de jugar, que el duele algo, que está a la defensiva o que quiere que le acaricien, explica Molly DeVoss, especialista certificada en adiestramiento y comportamiento felino (CFTBS) y propietaria de Cat Behavior Solutions.
En el caso de los gatitos, lo más probable es que se pongan en posición arqueada porque están jugando. Sin embargo, cuando los gatos llegan a la edad adulta, la espalda arqueada y el pelo de punta (lo que se denomina piloerección) se asocian más comúnmente con comportamientos defensivos. En cualquier caso, una espalda arqueada con piloerección hace que un gato parezca más grande e intimidante. Sea cual sea la razón por la que tu gato arquea la espalda, puedes estar seguro de que es frecuente y de que hay formas de solucionarlo.
A continuación, exploraremos cómo utilizar las pistas contextuales y el lenguaje corporal para descifrar el significado de la espalda arqueada de un gato.
1. Su gato se está estirando
Los gatos tienen muchas vértebras para su pequeña estatura, lo que los hace increíblemente flexibles. Por ejemplo, los gatos arquean la espalda después de una larga siesta para mantenerse ágiles, estirándose desde las patas hasta la columna vertebral.
«Si tu gato le suelen gustar las caricias en la espalda, no hay razón para que no las aprecie mientras se estira», dice DeVoss. Sin embargo, algunos gatos pueden tener una sensibilidad extrema a lo largo de la columna vertebral. Las caricias pueden provocar ondulaciones en la piel, mordiscos o lamidos reactivos en los gatos. Si un gato reacciona así, es posible que no disfrute de la sensación, por lo que debes dejar de acariciarlo si está sobreestimulado.
2. Tu gato actúa de forma agresiva
Según DeVoss, los gatos han evolucionado como especies solitarias, por lo que su naturaleza es responder de forma defensiva o agresiva ante gatos que no reconocen. Por ejemplo, para parecer más grandes e intimidantes, los gatos levantan el pelo, arquean la espalda y caminan de lado con la mirada fija en la amenaza percibida. Además, pueden bufar, gruñir o gruñir enseñando los dientes.
Si la pose agresiva se dirige hacia ti, retrocede lentamente y dale espacio al gato. Una vez que hayas creado distancia, intenta hablarle con amabilidad o parpadea lentamente. Si la agresividad va dirigida a otro gato, agita una bolsa de chuches para calmar la situación. Como último recurso, DeVoss utiliza cartulinas para interrumpir el contacto visual entre los gatos. Sin embargo, nunca cojas a un gato agresivo ni te coloques físicamente entre ellos.
Lamentablemente, el 27 % de los gatos son entregados a refugios por motivos de comportamiento relacionados con la agresividad. La agresividad felina puede evitarse con una socialización temprana, refuerzo positivo en lugar de castigo, un entorno enriquecedor y la introducción paulatina de nuevas mascotas.
3. Su gato se está acicalando
El acicalamiento de lugares de difícil acceso, como la base de la cola, puede requerir una buena cantidad de contorsiones. Pero, gracias a la plétora de vértebras de los gatos, pueden llegar a esos lugares arqueando la espalda. Que un gato quiera o no que lo acaricies mientras se acicala depende de la relación que tengas con él y de sus preferencias personales a la hora de acariciarlo.
4. Tu gato tiene miedo
Los gatitos o gatos asustados pueden adoptar la pose del «gato de Halloween» con el lomo arqueado y los pelos de punta. Los gatitos suelen huir cuando se asustan, pero los gatos adultos pueden volverse agresivos. Cruzarán una mirada amenazante y se moverán hacia los lados, con la espalda todavía arqueada.
Cuando a quien tienen miedo es a ti, hay formas de generar confianza con un gato, como la alimentación y las interacciones diarias o el refuerzo positivo y el juego. La creación de vínculos seguros con gatos tímidos requiere paciencia y tiempo, pero las recompensas son inconmensurables.
5. Tu gato está jugando
Los gatos empiezan a arquear la espalda desde que son pequeños. «Cuando los gatitos hacen ‘puf’ y atacan, suele tratarse de un juego simulando la secuencia de caza», explica DeVoss. Ese comportamiento propio de los gatitos puede prolongarse hasta la edad adulta, cuando el gato recibe una repentina descarga de energía. Sabrás que un gato con la espalda arqueada se siente juguetón en vez de temeroso o agresivo si se tira hacia ti y no se aleja, dice DeVoss.
6. Tu gato disfruta de las caricias
Cuando los gatos arquean la espalda mientras se les acaricia, es señal de que disfrutan con la sensación. «Intentan empujar hacia tu mano», explica DeVoss. Otras señales de que a los gatos les gusta que les acaricien son el ronroneo y los cabezazos. Sin embargo, los gatos pueden sentirse sobreestimulados por las caricias. Por eso, haz una pausa entre cada caricia para evitar la agresividad que pueden provocarles, que podría derivar en mordiscos o zarpazos.
7. Tu gato te está diciendo que le duele algo
Los gatos pueden mostrar dolor de muchas formas, y no todas son evidentes. «Los gatos arquean la espalda cuando están tumbados para estirarse», dice DeVoss. «Sin embargo, cuando un gato tiene la espalda arqueada o encorvada y no vuelve a la postura normal, puede indicar dolor». Otros signos de que a tu gato le duele algo son los siguientes.
- Se esconde
- Disminución del apetito.
- Problemas de movilidad o cojera, incluyendo la reticencia a moverse o levantar la cabeza.
- Te muerde cuando le tocas.
- Disminución o aumento de la vocalización.
- Cambios en sus hábitos de acicalamiento.
8. Tu gato intenta comunicarse contigo
Los gatos utilizan el lenguaje corporal para comunicarse con los humanos y otros animales. Por ejemplo, cuando un gato arquea la espalda, puede indicar que quiere atención o que quiere jugar. Esto suele ir acompañado de ronroneo, maullidos o roces contra las piernas. En otras situaciones, los gatos arquean la espalda como postura defensiva cuando se sienten amenazados o incómodos. Si observas el lenguaje corporal de tu gato que acompaña al arqueo, podrás entender mejor lo que te está diciendo y responder en consecuencia.
Preste atención a la espalda arqueada de tu gato
Si un gato arquea la espalda, puede estar estirándose o jugando, puede que le duela algo o puede que esté poniéndose a la defensiva. Una vez más, el contexto de la situación y otras señales del lenguaje corporal pueden ayudar a determinar lo que tu gato está tratando de comunicar.
Por ejemplo, un lomo arqueado con piloerección significa que el gato está intentando parecer más grande e intimidante, lo que podría ser un signo de agresividad o de que tiene ganas de jugar. Para saber de qué se trata, busca otras pistas, como si se aleja de ti o se acerca y si ronronea o gruñe.
Además, un gato que tiene miedo o siente dolor puede mostrar la espalda arqueada, mientras que una espalda arqueada cuando se le acaricia suele indicar que disfruta de la atención. Entender el lenguaje corporal de los gatos es el primer paso para crear vínculos más fuertes con nuestros amigos felinos.