Tabla de contenido
Desde las pequeñas almohadillas de los dedos de tu gato hasta los pliegues de sus adorables orejas, hay mucha inteligencia condensada en ese pequeño y compacto cuerpo. Pero, ¿hasta qué punto son listos los gatos? Aunque muchos expertos en cognición animal han dedicado tiempo a investigar a los perros, no sabemos mucho sobre la mente de nuestros amigos felinos. ¿Quizás sea porque los gatos están menos interesados en ayudarnos con nuestros experimentos científicos y más en echarse una siesta?
La buena noticia, sin embargo, es que con cada estudio científico, nuestra comprensión de la cognición felina es cada vez más avanzada. Desde averiguar cómo se comunican los gatos con nosotros, hasta si sueñan y cuánto duran sus recuerdos, cada dato nos ayuda a conocer un poco mejor a nuestros amigos peludos. Hemos recopilado lo que sabemos hasta ahora sobre el cerebro de nuestros gatos.
iStock/Adene Sanchez
El cerebro de los gatos es mucho más pequeño que el de los humanos
Puede que tengan un cerebro más pequeño que el nuestro, pero ¿cómo de grande es exactamente el cerebro de un gato? «El cerebro de un gato domesticado mide aproximadamente cinco centímetros y pesa entre 25 y 30 gramos«, afirmó a Rover el Dr. Bruce Kornreich, director del Centro de Salud Felina de Cornell. Esto equivale aproximadamente al tamaño de un dedo meñique humano o al 0,91 % de su masa corporal. En comparación, el cerebro humano representa alrededor del 2,3 % de nuestra masa corporal.
La domesticación también parece haber hecho que sus cerebros sean más pequeños, un fenómeno que se ha documentado bien en muchas especies de mamíferos domésticos. Los estudios han revelado que los gatos salvajes africanos (Felis lybica), el ancestro del gato doméstico, tienen un mayor volumen craneal.
Los gatos tienen mejor memoria a corto plazo que los perros
Los gatos pueden almacenar tres tipos principales de recuerdos: espaciales (dónde están las cosas) y los recuerdos a corto y largo plazo. La memoria espacial ayuda a tu gato a recordar cosas como dónde está su caja de arena, hasta su lugar soleado favorito para echar una siesta, ¡o incluso dónde has escondido sus chuches! La memoria a corto plazo, o de trabajo, ayuda a los gatos a resolver problemas. «Pero estos recuerdos a corto plazo solo duran unas 24 horas«, afirma el Dr. Kornreich.
«Los gatos también tienen una excelente memoria a largo plazo, que probablemente abarque años«, explica el Dr. Kornreich. Es probable que estén relacionados con experiencias concretas, positivas o negativas. En cuanto a si tienen mejor memoria los gatos o los perros, es difícil saberlo con seguridad. Los perros suelen superar a los gatos en lo que se refiere a la memoria a corto plazo, pero no es necesariamente válido que esto signifique que también tengan mejor memoria a largo plazo.
iStock/sanjeri
Los gatos tienen una anatomía cerebral similar a la nuestra
Aunque la anatomía general del cerebro de un gato es similar a la nuestra, la orientación es un poco diferente. Al igual que los humanos, los gatos también tienen una corteza cerebral (que controla la cognición, las emociones, la función motora, la memoria y la planificación, entre otras cosas), el cerebelo (responsable de regular el movimiento y controlar el equilibrio) y el tronco encefálico (que regula funciones esenciales como la frecuencia cardíaca y la temperatura). Mientras que nuestro cerebro está orientado de arriba a abajo, el de los gatos lo está de delante a atrás.
«Antes pensábamos que el cerebro de un gato alcanzaba su plena madurez en torno a los seis meses», dice el Dr. Kornreich. «Aunque es cierto que puede haber partes del cerebro de un gato que se desarrollen por completo antes de ese momento, ahora sabemos que el cerebro de un gato alcanza la madurez plena entre los 12 y los 18 meses«.
Los gatos tienen unos 250 millones de células cerebrales
Ya hemos hablado sobre la anatomía, pero ¿qué pasa con las células cerebrales? El cerebro de los gatos consta de dos tipos básicos de células: las neuronas (células nerviosas) y la glía. Las neuronas se encargan de enviar los mensajes a todo el cuerpo, mientras que las células gliales protegen a las neuronas y al entorno que las rodea. Los gatos tienen unos 250 millones de células cerebrales, similar a los osos pardos.
En comparación, los perros tienen una corteza cerebral más densa y entre 400 y 600 millones de células cerebrales. ¿Y los humanos? ¡Tenemos la friolera de 21 a 26 mil millones de células cerebrales!
Pero, aunque los gatos tengan menos neuronas, eso no significa que no sean inteligentes. «A pesar de tener menos células cerebrales, es probable que los gatos tengan capacidades más agudas que los humanos en cuanto a reconocimiento espacio-temporal, equilibrio y las capacidades innatas que los convierten en depredadores«, afirma el Dr. Kornreich. «Es importante recordar que el cerebro del gato está perfectamente evolucionado para su nicho ecológico único: son pequeños cazadores realmente exquisitos cuyo sistema nervioso central está minuciosamente adaptado a su entorno».
iStock/bulentumut
Los gatos pueden reconocer su nombre y la voz de sus dueños
Cualquier dueño te dirá que su gato puede reconocer su nombre… ¡que decida responder a él es otra cosa completamente distinta! Pero los gatos también reconocen las voces de sus dueños. Lo hacen utilizando señales vocales para diferenciar las voces humanas. Puede que ni siquiera te hayas dado cuenta de la capacidad de tu gato para hacer esto, porque en lugar de responder con un comportamiento comunicativo obvio (como los movimientos de la cola o la vocalización), los gatos utilizan un comportamiento de orientación sutil (incluidos los movimientos de la cabeza y las orejas) mientras distinguen si reconocen la voz de la persona que les llama o no.
Los gatos sueñan
Aunque no podemos preguntárselo a nuestros gatos, la ciencia sugiere que sueñan al igual que lo hacemos nosotros. Su ciclo del sueño incluye periodos de sueño de movimientos oculares rápidos (REM), la etapa del ciclo del sueño en la que nuestros sueños suelen ocurrir con mayor frecuencia. Durante el sueño REM, es posible que veas que los ojos de tu gato se mueven bajo los párpados, que sus patas se contraen o incluso que chirrían y balbucean.
Durante el día, es probable que tu gato se eche muchas siestas cortas, pero los periodos de sueño profundo en los que es más probable que sueñe suelen ocurrir por la noche, normalmente después de que tu gato haya estado activo durante el atardecer (el momento perfecto para una breve sesión de juego con algunos juguetes).
A los gatos se les puede congelar el cerebro
Seguro que has visto vídeos de gatos a los que se les congela el cerebro cuando lamen o comen algo frío, y si has experimentado este fenómeno personalmente, sabrás que no es precisamente agradable. «El término científico para la congelación del cerebro es «ganglioneuralgia esfenopalatina», que se refiere a la dilatación de los vasos sanguíneos de la boca o la garganta», explica el Dr. Kornreich.
Esta sensación se percibe como dolor, por lo que tu gato puede hacer muecas cuando come algo frío. «Probablemente sea mejor evitar dar premios fríos a tu gato, pero si lo haces, deja que sea él quien marque el ritmo y decida si quiere comerlo o no«, añade el Dr. Kornreich.
iStock/legna69
Los gatos pierden la función cerebral con el tiempo
Al igual que nosotros, la edad puede provocar cambios degenerativos en el cerebro del gato. Conocida como disfunción cognitiva felina (DCF), puedes notar cambios en el comportamiento de tu gato a medida que envejece. Estos pueden incluir desorientación, reducción de las interacciones sociales, cambios en los patrones de sueño y aumento de la vocalización.
A veces, un problema neurológico puede hacer que la función cerebral del gato se deteriore también. Si notas que el comportamiento de tu gato cambia, o cualquier signo como convulsiones o sacudidas de la cabeza, es importante que hables con tu veterinario lo antes posible.
La alimentación puede reforzar la función cerebral de los gatos
La alimentación de un gato puede afectar a su función cognitiva, y esto es especialmente cierto en el caso de los cachorros, cuyo cerebro aún se está desarrollando a gran velocidad (hasta los 18 meses, ¿recuerdas?). «Elige siempre una dieta completa y equilibrada diseñada para la etapa de crecimiento y desarrollo», señala el Dr. Kornreich.
A medida que tu gato crezca, asegúrate de que su alimentación sea rica en ácidos grasos omega 3 y omega 6, taurina y otros nutrientes esenciales. Si quieres comprobar que la alimentación de tu gato es la adecuada, o estás pensando en hacer algún cambio, habla siempre primero con tu veterinario.
iStock/filadendron
El cerebro de los gatos tiene permanencia del objeto y otros tipos de inteligencia
La permanencia del objeto hace referencia a la comprensión de que un objeto sigue existiendo aunque no lo veamos. Los bebés aprenden esto alrededor de los ocho meses, y los estudios sugieren que los gatos adultos también poseen esta habilidad. Si alguna vez has visto a tu gato perseguir un juguete debajo del sofá y sentarse y esperar mirando al mismo sitio, eso es permanencia del objeto. Los perros también poseen esta habilidad, aunque no se da en todos los mamíferos.
Aunque es difícil comparar directamente la inteligencia felina con la humana, los estudios sugieren que los gatos son más o menos tan inteligentes como un niño de dos años. Puede que sean incluso más inteligentes, ¡solo que deciden no darles el gusto a los científicos que intentan ponerlos a prueba!
Los gatos tienen una cierta noción del tiempo
Los gatos tienen una noción limitada del tiempo, y las investigaciones demuestran que algunos gatos pueden distinguir entre distintos intervalos de tiempo. Estas habilidades pueden ser bastante detalladas, ya que algunos gatos son capaces de distinguir entre el paso de ocho segundos y el de diez. Todavía no se sabe en qué momento de la vida del gato se desarrolla esta habilidad, ya que los estudios solo se han realizado en gatos adultos.
A mayor escala, los gatos también tienen una noción general del paso del tiempo, ¡como podrá demostrar cualquier dueño que haya dejado a su gato solo en casa un poco más de lo habitual y se haya saltado la hora de la cena!
Siempre supimos que los gatos eran asombrosos
Cualquier dueño de un gato ya sabe lo inteligente que es su propia mascota, pero todavía hay muchas cosas que no sabemos sobre el cerebro de nuestros amigos felinos. Puede que hayamos descubierto lo que significa el lenguaje de su cola y por qué nos parpadean lentamente, pero aún queda mucho por descubrir sobre lo que ocurre exactamente entre las orejas de nuestro gato.