- No sustituye a consejo veterinario profesional.
A veces puede resultar chocante oír los ruidos del estómago de tu perro. Por suerte, el gorgoteo, los ruidos y otros sonidos estomacales caninos son los sonidos normales que produce la digestión. Incluso tienen un nombre científico: borborigmos. El ruido no es más que los músculos de los intestinos moviendo los alimentos y el agua a través del tracto gastrointestinal. La mayoría de las veces, esos ruidos estomacales no son nada de qué preocuparse. Al contrario, indican que todo funciona como debería.
Sin embargo, cuando van acompañados de falta de apetito, diarrea, vómitos u otros síntomas preocupantes, esos sonidos significan que es hora de ponerse en contacto con el veterinario.
Vamos a zambullirnos en todo lo que necesitas saber sobre los ruidos estomacales de tu perro.
¿Por qué hace ruido el estómago de mi perro?
El tracto gastrointestinal de su perro está siempre en movimiento. La comida entra por la boca, se digiere en trozos más pequeños en el estómago, se le extraen los nutrientes a través de los intestinos y lo que queda pasa por trasero. Los músculos lisos del intestino se contraen para moverlo todo. Este proceso se conoce como peristalsis, y cada contracción produce un ruido estomacal. Los sonidos son perfectamente normales (incluso cuando son fuertes).
Cuando oigas sonidos estomacales, es probable que se deba a que tu perro tiene el estómago vacío. Normalmente, la comida y el agua crean un amortiguador entre el peristaltismo y la pared del vientre de tu perro. Pero si tu perro lleva tiempo sin comer, no hay nada que amortigüe el sonido.
Sin embargo, a veces los ruidos estomacales de los perros son señal de algo más complejo. «Otras cosas que podemos observar es si presenta algún signo de mala digestión o malabsorción», dice la Dra. Lindsey E. Bullen, Doctora en Medicina Veterinaria, diplomada por el Colegio Americano de Medicina Interna Veterinaria (Nutrición) y nutricionista veterinaria certificada en el Friendship Hospital for Animals. Según ella, los gases, la mala digestión y la malabsorción son tres problemas médicos que pueden acompañar a los ruidos estomacales de los perros. Algunos de estos problemas (como los gases) se resuelven por sí solos, pero otros pueden requerir una visita al veterinario para recibir más cuidados.
A continuación se indican algunas de las causas más comunes de los ruidos estomacales de los perros, aparte del hambre.
Tu perro tiene diarrea
Es habitual que tu perro tenga ruidos estomacales cuando tiene diarrea. Cuando el tracto gastrointestinal de tu perro se acelera, entra demasiada agua en sus intestinos y sus músculos se contraen rápidamente. Esto da lugar a grandes cantidades repentinas de caca líquida y puede crear un fuerte gorgoteo en el estómago de tu perro.
Con frecuencia, la diarrea es un signo de otras afecciones médicas, y va acompañada de los siguientes síntomas, aparte de un fuerte gorgoteo en el estómago de tu perro.
- Vientre hinchado, distendido o dolorido.
- Deshidratación
- Mayor de la expulsión de gases
- Mal aliento
- Vómitos
- Pérdida de peso
- Disminución o falta de apetito
- Caca oscura o negra
- Sangrado rectal.
- Una mayor o incluso constante necesidad de beber o comer.
- A pesar del esfuerzo para hacer caca no pasa nada.
Tu perro se ha comido algo extraño o desagradable
A veces, a los perros les gusta experimentar con la comida. Lo más probable es que, después de que tu perro se coma a hurtadillas un tentempié sin tu aprobación, escuches ruidos en su barriga. Por otro lado, puede que hayas decidido introducir algún cambio en su alimentación. Entonces notarás un aumento de los ruidos procedentes del estómago de tu perro. Es bastante común.
Los niveles de proteínas y fibra de los alimentos varían. También lo hace la región del tracto gastrointestinal donde se procesan. Cuanto más alimento reciban las bacterias del tracto gastrointestinal de tu perro, más gases producirán. Esto puede provocar excesivos ruidos intestinales a medida que el perro digiere su nueva dieta o los alimentos que no debía comer. Dependiendo de la sensibilidad de tu perro a los ingredientes, puede desarrollar otros síntomas tras una indiscreción dietética, como diarrea, exceso de gases, vómitos, deshidratación y vientre hinchado.
La Dra. Bullen explica que los perros son únicos, por lo que algunos ingredientes pueden no ser adecuados para su sistema digestivo. En consecuencia, dice que algunos perros se recuperan mejor que otros cuando han sufrido un malestar estomacal.
Tu perro tiene exceso de gases
Los gases no son divertidos para nadie, incluido tu perro. Escuchas un fuerte ruido en su estómago y, a continuación, notas un fétido olor. Las flatulencias proceden de distintos lugares, entre ellos:
- Aerofagias: ingesta de grandes cantidades de aire. Se da especialmente en razas de perros braquicéfalos o de hocico chato, como los boston terriers o los bulldogs.
- Digestión: se producen y liberan pequeñas burbujas de gas a medida que se descomponen los alimentos.
- Bacterias: las bacterias que viven en el tracto gastrointestinal emiten gases al descomponer la fibra.
Los ruidos estomacales de tu perro pueden ser esas burbujas de gas que se mueven durante la digestión. La cantidad de gas varía de un perro a otro y de una comida a otra. Es algo normal en la digestión, y se resuelve por sí solo.
Tu perro vomita
Aunque no parezca normal, si tu perro está a punto de vomitar, su estómago puede emitir un fuerte gorgoteo. Esto ocurre porque la comida y el agua que tu perro ha consumido se mueven rápidamente en la dirección equivocada.
El vómito se produce cuando tu perro proyecta con fuerza la comida (digerida o parcialmente digerida) desde el estómago a través de la boca. Los dueños verán cómo su perro tiene arcadas antes de que ocurra. Además, tu perro puede babear y poner cara de preocupación.
Los vómitos pueden hacer que tu perro se deshidrate con rapidez. Por lo tanto, si observas episodios prolongados de vómitos, ponte en contacto con tu veterinario de inmediato.
Tu perro no come
La anorexia se produce cuando el perro deja de comer. La ausencia de alimento o agua en su tracto gastrointestinal significa que no hay nada que amortigüe los sonidos de las contracciones musculares necesarias para la digestión. Esto hace que sea muy fácil oír ruidos estomacales fuertes. Como resultado, la barriga de tu perro continuará gorgoteando y gruñendo incluso cuando se aleje de su plato de comida.
Cuando tu perro no quiera comer, sobre todo durante periodos prolongados, es un buen momento para llamar al veterinario. También hay que prestar atención al letargo y a la falta de energía.
¿Qué problemas de salud provocan ruidos estomacales en los perros?
Es bastante normal escuchar sonidos ocasionales procedentes del estómago de tu perro. Forma parte del proceso natural de la digestión. Sin embargo, hay algunas afecciones médicas en las que los ruidos estomacales son un síntoma, como las siguientes. Si tu perro padece alguna de estas afecciones, ponte en contacto con tu veterinario para recibir el tratamiento adecuado.
- Parvovirus. Común en cachorros y perros adultos no vacunados, el parvovirus daña la capa que recubre los intestinos, provocando diarrea con sangre y fuertes ruidos estomacales. Otros síntomas comunes del parvo son fiebre, pérdida de apetito y letargo.
- Parásitos y bacterias. Las lombrices intestinales y parásitos como la salmonela y la E. coli pueden instalarse en los intestinos de los perros y acaparar todos los nutrientes. Desplazan a las bacterias beneficiosas del vientre de tu perro y producen un exceso de gases al digerir la comida. Esto suele provocar un aumento de los ruidos procedentes del estómago.
- Colitis. Esta enfermedad intestinal se produce cuando el colon se inflama o se irrita. La colitis provoca muchos síntomas, entre ellos diarrea, que puede causar ruidos estomacales como el gorgoteo. Las causas de la colitis incluyen infecciones bacterianas, parásitos, reacciones alérgicas o incluso traumatismos por procedimientos quirúrgicos. Puede producirse una vez o ser un problema constante para tu perro.
- Estreñimiento. A veces, un perro puede no hacer caca, incluso después de un esfuerzo significativo. El estreñimiento no impide que el tracto gastrointestinal se mueva, por lo que seguirás oyendo gorgoteos mientras los músculos de tu perro se contraen e intentan mover las cosas. Cuanto más tiempo pase tu perro sin hacer caca, más difícil le resultará.
- Gastroenteritis hemorrágica (GEH). La gastroenteritis hemorrágica, o GEH, se produce de forma repentina y provoca vómitos y diarrea con sangre. Esta enfermedad es más frecuente en perros jóvenes y de razas toy y miniatura, como los yorkshire terriers y los schnauzer miniatura. Por suerte, existen muchos tratamientos veterinarios recomendados para la GEH.
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Aunque se desconocen las causas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), los síntomas suelen ser los mismos. Si tu perro padece EII, su recubrimiento intestinal se inflama y esa irritación dificulta el procesamiento de determinados ingredientes de los alimentarios. Esta incapacidad para digerir ciertos alimentos puede provocar fuertes gorgoteos estomacales. Los dueños de mascotas a menudo tienen que colaborar con sus veterinarios para probar dietas especiales y encontrar la combinación adecuada de ingredientes que ayuden a minimizar esa inflamación.
- Obstrucción intestinal. Cuando tu perro tiene una obstrucción intestinal, partes del intestino se bloquean total o parcialmente. La obstrucción puede estar causada por objetos extraños, como juguetes y huesos, dilatación vólvulo-gástrica (DVG), exceso de parásitos o tumores. Tu perro intenta digerir estos objetos, produciendo fuertes ruidos estomacales. No hay tiempo que perder cuando tu perro tiene una obstrucción: debes ponerte en contacto con tu veterinario inmediatamente.
¿Qué puedo darle a mi perro para aliviar los ruidos estomacales?
La Dra. Bullen dice que es importante recordar que si los ruidos estomacales se producen con poca frecuencia, no suele ser motivo de preocupación, ya que la digestión es natural y normal. Sin embargo, si los ruidos estomacales fuertes persisten sin razón aparente, puedes probar estos sencillos remedios caseros para ayudar a minimizar esos gorgoteos y ruidos.
- Prepara comidas más pequeñas y con mayor frecuencia. «Soy una gran partidaria de hacer varias comidas pequeñas para optimizar la capacidad digestiva y de absorción», dice la Dra. Bullen. El tracto gastrointestinal tiene una capacidad limitada. Las comidas más pequeñas facilitan que las enzimas digestivas descompongan los alimentos.
- Sigue dietas para estómagos sensibles: cuando buscas una solución para el estómago ruidoso de tu perro, las dietas para estómagos sensibles suelen ser la primer alternativa. Estas dietas son más fáciles de descomponer para los intestinos, lo que reduce la frecuencia de los gorgoteos y gruñidos de tu perro.
- Proporciónale agua fresca: beber agua ayuda al tracto gastrointestinal de tu perro a mantener la comida en movimiento a través de sus intestinos y ayuda a la contracción muscular. Esto puede reducir el volumen y la frecuencia de los ruidos estomacales de tu perro. Las fuentes de agua para perros representan una excelente manera de garantizar que tu perro siempre tenga acceso a agua fresca.
- Utiliza un comedero lento: los perros que engullen la comida también tragan aire, lo que provoca aerofagia. Este aire extra en el tracto gastrointestinal de tu perro se traduce en ruidos fuertes procedentes de su estómago. Los comederos lentos o los juguetes rompecabezas ralentizan el proceso de ingesta al animar al perro a extraer trozos individuales de pienso, lo que ayuda a reducir el consumo de aire adicional. Como alternativa, la Dra. Bullen sugiere utilizar un molde para magdalenas como comedero lento.
- Dar paseos suaves después de comer: Bullen dice que el ejercicio y otras actividades ayudan a estimular el tracto gastrointestinal de los perros. Pero, ¿de cuánta actividad hablamos, sobre todo si paseas después de cenar? La Dra. Bullen recomienda paseos suaves y controlados. Si quieres salir a correr, hazlo mejor antes de la comida.
- Prueba con chuches calmantes para reducir la ansiedad: el estrés interfiere en la digestión. Cuanto más ansioso esté tu perro, más despacio se vaciará su estómago. Eso significa menos comida y agua en los intestinos para bloquear los ruidos estomacales: un perro relajado significa un tracto gastrointestinal feliz. Las chuches calmantes pueden ayudar a que el proceso digestivo se desarrolle sin problemas.
Lo que hay que saber sobre los ruidos estomacales
Oír los gorgoteos del estómago de tu perro puede sobresaltarte, sobre todo en mitad de la noche o cuando está profundamente dormido. Pero los ruidos estomacales forman parte de una digestión normal. Así que puedes estar tranquilo, no es nada fuera de lo normal.
Sin embargo, cuando esos ruidos estomacales se vuelven excepcionalmente fuertes y observas otros signos adicionales, es hora de que intervenga tu veterinario. «Si notas una tendencia a que [los ruidos] sean cada vez más intensos o frecuentes (aunque a tu mascota no le molesten), sería un cambio que deberías tener en cuenta», concluye la Dra. Bullen.