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- No sustituye a consejo veterinario profesional.
A muchos gatos les encanta dormir al sol en un día de verano, pero aunque les guste, pueden sufrir un golpe de calor o una insolación.
Los gatos no sudan ni jadean para mantenerse frescos. En su lugar, regulan la temperatura corporal a través del acicalamiento: la saliva que aplican al lamerse, cuando se evapora, les ayuda a refrescarse. Sin embargo, si hace demasiado calor, estos intentos pueden no ser suficientes.
Un golpe de calor —o hipertermia— se produce cuando la temperatura corporal de un gato supera el rango normal y saludable de 38 °C a 39 °C y llega hasta 40 °C o más. Una temperatura de 40 °C es una urgencia que pone en peligro la vida.
«Si un gato sufre un golpe de calor, es fundamental actuar con rapidez», afirma la Dra. Sarah Vigil, veterinaria jefe y socia de CityVet Brushy Creek.
A continuación, te explicamos cómo reconocer los signos de acaloramiento y qué puedes hacer para ayudar a tu gato a refrescarse.
¿Cuándo hace demasiado calor para los gatos?
«Cuando la mayoría de la gente piensa en un golpe de calor, se imagina un perro atrapado en un coche a gran temperatura. No obstante, un golpe de calor también puede darse en gatos», afirma la Dra. Liza Cahn, consultora veterinaria de Embrace Pet Insurance.
Los gatos pueden sufrir un golpe de calor tanto en interiores como en exteriores, explica la Dra. Kathryn Dench, veterinaria y propietaria de The Pets Kingdom. «No se trata solo de la temperatura ambiente, sino también de la humedad y la ventilación».
La temperatura en interiores superior a 27 °C puede suponer un riesgo para los gatos, afirma la Dra. Dench. En el exterior, las temperaturas de 32 °C o más son peligrosas, especialmente en zonas con luz solar directa y falta de sombra y agua.
iStock/Liudmila Chernetska
Factores de riesgo
Según las doctoras Dench, Cahn y Vigil, ciertos factores pueden aumentar el riesgo de que un gato sufra un golpe de calor.
Los gatos con mayor riesgo de sufrir un golpe de calor son:
- Las razas braquicéfalas (de cara chata), como los gatos persas.
- Los gatos con sobrepeso y obesidad.
- Gatos de pelo largo
- Los gatos con determinadas afecciones médicas, como problemas respiratorios, epilepsia y convulsiones.
- Las gatas gestantes y lactantes.
- Los gatos de edad avanzada y las crías.
- Los gatos de pelo oscuro.
- Los gatos muy activos.
Síntomas leves o graves: tu gato se está acalorando
«El estrés por calor es la forma más leve y temprana de hipertermia o acaloramiento», afirma la Dra. Cahn. «Si no se trata, puede convertirse rápidamente en agotamiento térmico o en un golpe de calor».
Las doctoras Cahn y Vigil afirman que los primeros síntomas de acaloramiento incluyen:
- Inquietud y nerviosismo
- Jadear y respirar con la boca abierta
- Acicalamiento excesivo
- Sonidos vocales inusuales
- Babeando
- Búsqueda de sombra o agua
Si el estado de tu gato avanza hasta convertirse en un golpe de calor, pueden darse síntomas más graves, como:
- Jadeo rápido y fuerte, y dificultad para respirar
- Desorientación y falta de coordinación
- Encías pálidas o de color inusual, como moradas o rojas
- Temblores musculares o sacudidas
- Vómitos
- Letargo y debilidad
- Pérdida de conciencia o colapso
- Convulsiones
Riesgos y efectos a largo plazo del golpe de calor
Si no se trata, el golpe de calor puede causar daños generalizados en los órganos y la muerte, afirma la Dra. Cahn.
El golpe de calor puede causar daños graves en el corazón, el hígado, el tracto gastrointestinal, los riñones y el cerebro de los gatos.
Incluso si tu gato está sano y no tiene antecedentes médicos, la Dra. Dench afirma que el golpe de calor puede causar:
- Enfermedad cardiaca
- Debilitamiento de la función hepática o insuficiencia hepática total
- Inflamación intestinal (colitis)
- Hemorragia gastrointestinal y úlceras estomacales
- Enfermedad renal crónica o insuficiencia renal
- Convulsiones
- Cambios bruscos de comportamiento y personalidad, como agresividad repentina
- Cambios en el estado mental, como depresión
- Daño cerebral permanente
Cómo ayudar a un gato acalorado a recuperarse
Si tu gato presenta algún síntoma de golpe de calor, es fundamental actuar de inmediato para refrescarlo mientras consigues atención veterinaria urgente, afirma la Dra. Cahn.
iStock/chendongshan
Sigue estos pasos:
- Traslada al gato: para empezar, llévalo cuanto antes a una habitación fresca, alejada del sol. Si no tienes aire acondicionado, puedes utilizar ventiladores para refrescar la habitación.
- Ofrécele agua: intenta animar a tu gato a beber, pero no le obligues. Simplemente deja agua fresca y limpia a su lado para que pueda beber cuando esté listo.
- Comprueba la temperatura de tu gato: si tienes un termómetro rectal y puedes utilizarlo, la Dra. Cahn recomienda comprobar la temperatura del gato. Cualquier temperatura superior a 39 °C indica un golpe de calor.
- Humedécelo: moja un paño o un trapo con agua tibia o fría. No empapes el paño. Refresca suavemente las patas, el vientre, las axilas, las ingles y las orejas de tu gato. Presta especial atención a las partes del cuerpo donde el pelo es más fino, pero evita la cara.
- No remojes a tu gato: no le eches agua muy fría ni lo sumerjas en agua. «Enfriar a los gatos demasiado rápido, por ejemplo con agua helada, puede empeorar la situación y causar daños en los órganos o incluso la muerte. Lo mejor es refrescarlos gradualmente de forma segura», afirma la Dra. Vigil.
¿Está mejorando mi gato?
Los pasos anteriores suelen ser suficientes para ayudar a los gatos en las primeras etapas del acaloramiento a recuperar su temperatura corporal normal. Según la Dra. Vigil, pueden tardar de 2 a 3 horas.
Sabrás que tu gato mejora si desaparecen síntomas como el babeo, el jadeo y los vómitos. Si los síntomas no mejoran o aparecen otros más graves, como convulsiones, temblores musculares o desmayos, debes obtener atención médica urgente.
Incluso si el estado de tu gato mejora, las doctoras Cahn y Vigil recomiendan llevar al gato al veterinario lo antes posible para hacerle una revisión completa.
El acaloramiento afecta directamente a los órganos de tu gato, pero las complicaciones derivadas del daño orgánico causado por el calor pueden no aparecer de inmediato. En algunos casos, pueden pasar varios días antes de que aparezcan los síntomas tardíos.
Recibir tratamiento veterinario inmediato mejorará las posibilidades de recuperación de tu gato.
Cuándo acudir al veterinario
Tu gato precisa atención médica urgente si observas signos de acaloramiento y:
- No te ves capaz de refrescar a tu gato en casa
- Tu gato se resiste a tus intentos de refrescarlo
- Los síntomas de tu gato empeoran
Es importante que sigas intentando refrescar a tu gato de camino al veterinario. Te explicamos cómo:
- Coloca una toalla o un paño húmedo en el transportín de tu gato. Moja la toalla con agua tibia o fría, no helada. Deja que el gato se siente sobre la toalla, pero no lo envuelvas en ella.
- Asegúrate de que el transportín tenga suficiente ventilación, pero mantenlo alejado del calor y la luz solar.
- Enciende el aire acondicionado del coche para enfriarlo antes de transportar al gato.
- Puedes bajar las ventanillas para ventilar, pero evita abrirlas del todo, ya que pueden generarse corrientes de aire.
- Puedes probar con aerosoles de feromonas calmantes para aliviar el estrés de tu gato mientras conduces.
Cuidados posteriores al golpe de calor
Después del tratamiento para el golpe de calor, debes mantener a tu gato en un lugar fresco y tranquilo hasta que se recupere por completo, explica la Dra. Dench.
Presta mucha atención a la ingesta de agua de tu gato para asegurarte de que se mantenga hidratado. Además, debes vigilar su comportamiento para detectar cualquier signo de que pueda estar sufriendo agotamiento por calor de nuevo.
Incluso es posible que necesite cuidados de asistencia continuos durante varias semanas, afirma la Dra. Dench. Tu veterinario también puede recomendarte pruebas para comprobar el funcionamiento de sus órganos.
Cómo prevenir los golpes de calor
Estos consejos de nuestros expertos pueden ayudarte a prevenir el agotamiento térmico y el golpe de calor en los gatos:
- Proporciónale mucha agua fresca: ¡Cuanta más agua le des a tu gato, mejor! Si dejas el agua en cuencos, cámbiala al menos una vez al día. Si tienes una fuente de agua automática, sigue las instrucciones del fabricante para limpiarla y cambiar el filtro.
- Mantén la casa fresca: enciende el aire acondicionado o utiliza ventiladores en los días calurosos. Si tu gato tiene preferencia por determinadas habitaciones, procura que esas estancias estén frescas.
- Coloca alfombrillas refrescantes: las alfombrillas refrescantes contienen materiales como geles, espumas o agua. Puede que tengas que probar varias hasta encontrar una que le guste a tu gato, y es posible que a algunos gatos no les guste ninguna. Prueba a colocar una en el lugar predilecto de tu gato, pero asegúrate de que tenga mucha sombra y agua fresca.
- Limita la luz solar directa: si tu casa es soleada, baja las persianas y cierra las cortinas en los días más calurosos. Ten cuidado de no dejar accidentalmente a tu gato encerrado en una habitación con luz solar directa o en otras zonas donde el calor se acumula rápidamente. Intenta colocar sombrillas, lonas o casetas aislantes para gatos que salen al exterior.
- Cepilla y acicala a tu gato: cepillar a tu gato de forma habitual o llevarlo a una peluquería felina profesional puede ayudar a disipar el calor, especialmente en razas de pelo largo.
- Viaja con seguridad: si te desplazas con tu gato, nunca lo dejes solo en el coche. ¡La temperatura dentro del coche puede subir 20 grados en solo 10 minutos! En su lugar, prueba con una mochila o un carrito para gatos. También puedes adiestrar a tu gato para que camine con correa, de modo que puedas llevarlo contigo cuando bajes del coche.
Cómo ayudar a un gato que vive al aire libre
«Si cuidas de un gato al aire libre, es fundamental que le proporciones cobijo, agua y la posibilidad de refrescarse», afirma la Dra. Vigil.
iStock/Milk Photography
Comprueba a menudo cómo están los gatos en los días calurosos. Es fácil que pases por alto síntomas de un golpe de calor, como letargo, colapso o convulsiones, si no sabes dónde está el gato. Si hace demasiado calor fuera, plantéate tener al gato en casa, en un lugar más fresco.
Puedes ofrecerles a los gatos que viven al aire libre espacios más frescos:
- Instala sombrillas o lonas.
- Coloca varios cuencos de agua que no vuelquen y bebederos.
- Instala una caseta para gatos con aislamiento térmico.
- Prepara una zona de refrigeración o alfombrillas refrescantes.
- Pon baldosas de cerámica o piedras en un lugar sombreado.