- No sustituye a consejo veterinario profesional.
Al igual que los humanos, los gatos pueden sufrir diversos problemas oculares: desde afecciones incómodas pero tratables hasta problemas más graves que pueden conducir a la ceguera. Los ojos de nuestros gatos son órganos complejos. Al igual que nosotros, tienen pupilas que se dilatan y se contraen para controlar la entrada de luz. La córnea protectora deja pasar la luz que detecta la retina. Los gatos tienen incluso un tercer párpado que les ayuda a proteger el ojo. Todos estos intrincados componentes permiten que los ojos de nuestros gatos funcionen correctamente, y mantener su integridad es vital para una buena visión.
En consecuencia, los dueños de gatos deben tomarse en serio las dolencias oculares, informando siempre a su veterinario de cualquier cambio en los ojos de su gato. Dicho esto, no todas las afecciones oculares entrañan riesgo de pérdida de visión, y los gatos pueden vivir cómodamente con algunos problemas durante años, afirma el Dr. Brad Holmberg, doctor en medicina veterinaria y oftalmólogo veterinario en el Animal Eye Center de Nueva Jersey. Los problemas más comunes del ojo felino son la conjuntivitis, la queratitis, las úlceras corneales y la atrofia retiniana. Aunque algunas enfermedades causarán molestias, muchas otras pueden controlarse con tratamiento.
Incluso con una ceguera progresiva, los gatos pueden adaptarse gracias a sus impresionantes sentidos del olfato y el oído. La clave para proteger la visión de tu gato reside en las revisiones periódicas y en que el veterinario evalúe con prontitud cualquier problema potencial. Descubre los 13 problemas más frecuentes del ojo felino y los tratamientos disponibles.
Problemas oculares frecuentes en los gatos
Puede ser angustioso saber que tu gato tiene un problema ocular. Afortunadamente, muchas de las afecciones oculares felinas más frecuentes se pueden tratar. Una vez que tu veterinario determina la causa de la enfermedad, suele poder tratarla con antibióticos, gotas oculares o, en algunos casos, cirugía.
Además, comprender los factores que pueden predisponer a tu gato a problemas específicos puede facilitar la prevención. Los gatos mayores, por ejemplo, tienen más probabilidades de desarrollar cataratas. Y algunas razas de cara chata, como los persas o los himalayos, son más propensas a los problemas en los párpados. Los dueños de gatos pueden vigilar a las mascotas con factores de riesgo más elevados, garantizando así una atención veterinaria a tiempo.
1. Conjuntivitis
También conocida como “ojo rosa”, la conjuntivitis consiste en la inflamación de la membrana que recubre la parte anterior del globo ocular y la superficie interna de los párpados. El Dr. Anthony Alario, doctor en medicina veterinaria y oftalmólogo veterinario de New England Veterinary Opthalmology, nos explica que este es el problema ocular del gato más frecuente que observa en sus pacientes felinos.
Los gatos afectados suelen presentar un tejido rojo e inflamado alrededor del ojo y secreciones. Pueden experimentar molestias oculares leves y tener los ojos entrecerrados. La infección por el virus del herpes felino es la causa más frecuente de conjuntivitis. Otras causas son las infecciones bacterianas, los objetos extraños en el ojo, los irritantes ambientales o, más raramente, las alergias.
“Afortunadamente, el sistema inmunitario de la mayoría de los gatos controla el virus y previene la enfermedad crónica”, dice el Dr. Holmberg. Sin embargo, añade que los brotes del virus del herpes son frecuentes y pueden remitir de forma independiente. Aunque la conjuntivitis vírica no tiene cura, el tratamiento adecuado suele mejorar o aliviar los síntomas. Dado que existen múltiples causas, tu veterinario puede prescribir una combinación de terapias antibióticas o antivirales.
2. Queratitis
La queratitis consiste en la inflamación de la córnea: la cúpula protectora transparente de la parte anterior del ojo. Esto afecta a la visión del gato al hacer que la córnea, normalmente transparente, se “empañe”. Otros signos de queratitis son enrojecimiento, hinchazón, secreción, lagrimeo excesivo y decoloración del ojo. También podrías notar que entrecierra los ojos, se los frota y evita la luz intensa.
Una infección previa por el virus del herpes, las cicatrices de una lesión o un sistema inmunitario hiperactivo que ataca la córnea de forma inadecuada son las causas más frecuentes de queratitis, dice el Dr. Alario. Los defectos del párpado también pueden provocar queratitis.
Dado que esta afección puede ser dolorosa y provocar ceguera si no se trata, la intervención veterinaria es crucial. En consecuencia, el tratamiento depende de la causa y de la extensión del daño en la córnea. En muchos casos, los gatos suelen necesitar gotas medicinales para los ojos. La lubricación para el ojo y los analgésicos también pueden ofrecer algo de alivio. En los casos más graves, puede sugerirse la cirugía para estimular el crecimiento de nuevo tejido corneal.
3. Úlceras corneales
Una úlcera corneal es un arañazo o abrasión en la córnea. Es relativamente frecuente, y las causas habituales son un traumatismo o un brote de herpesvirus felino. Los signos clínicos incluyen enrojecimiento, lagrimeo, sangre en el ojo, hinchazón cerca de la úlcera, secreción y enturbiamiento. También puedes observar que tu gato entrecierra los ojos, se da zarpazos en la cara, mantiene los ojos cerrados y es sensible a la luz.
Las úlceras corneales son molestas para los gatos. Si no se tratan, el Dr. Holmberg afirma que pueden causar daños importantes en la córnea, posiblemente comprometiendo la visión del gato.
“Esperar o probar tratamientos en casa puede tener un efecto deletéreo en la curación”, explica. “Afortunadamente, la mayoría de las úlceras corneales se curan rápidamente con efectos mínimos a largo plazo sobre la visión”.
Las úlceras superficiales pueden curarse en 1-2 semanas con un antibiótico llamado cidofovir. Para aliviar el dolor y los espasmos, tu veterinario puede recetarte gotas o pomada de atropina oftálmica. Un collar isabelino temporal puede ayudar a evitar que se agrave más la úlcera mientras se cura. Por último, puede prescribirse un tratamiento permanente de lisina a los gatos con úlceras recurrentes.
4. Glaucoma
Aunque es más frecuente en los perros, los gatos también pueden padecer glaucoma. Esto ocurre cuando se acumula un exceso de líquido en el ojo, provocando una presión perjudicial. Los ojos afectados presentan un aspecto turbio y enrojecido, y pueden estar hinchados debido a la presión. También son frecuentes las pupilas dilatadas. Normalmente, el glaucoma es secundario a una uveítis crónica. Sin embargo, también puede darse de forma independiente, sobre todo en gatos siameses y birmanos.
Por desgracia, el glaucoma es una enfermedad dolorosa que puede provocar ceguera. “Los gatos con sospecha de glaucoma deben acudir al veterinario lo antes posible, ya que el tratamiento a veces puede salvar la visión y, lo que es más importante, mejorar el bienestar”, dice el Dr. Holmberg.
Dado que no tiene cura, el tratamiento suele ser permanente. A los gatos se les pueden administrar colirios y corticoides para reducir la presión ocular, minimizar el daño y aliviar el dolor. En algunos casos, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica de los ojos cegados para aliviar el dolor.
5. Atrofia de retina
La retina recubre la superficie interna del ojo. La atrofia o degeneración de la retina consiste en el adelgazamiento de este recubrimiento con el paso del tiempo. La causa más frecuente de este deterioro es una enfermedad hereditaria llamada atrofia progresiva de retina (APR). La APR es frecuente en algunas razas, como los abisinios. Además, las reacciones a dosis elevadas de antibióticos pueden causar la enfermedad.
Los gatos con APR pueden tener las pupilas dilatadas o problemas para orientarse. La enfermedad también provoca una pérdida de visión progresiva, que finalmente conduce a la ceguera total. Aun así, el Dr. Holmberg afirma que los gatos con la enfermedad pueden seguir prosperando. “Cuando la retina se degenera, no duele y no afecta a ninguna otra parte del cuerpo”, dice. “Muchos gatos se adaptan a la pérdida de visión con el tiempo y llevan una vida bastante normal”.
Los gatos con APR deben permanecer en el interior por su seguridad. Aunque no existe ninguna terapia para la enfermedad, el Dr. Holmberg nos informa de que la terapia génica puede ser una opción en el futuro.
6. Síndrome de Haw
El Dr. Holmberg dice que el síndrome de Haw es un problema menos frecuente del ojo felino. El signo distintivo del síndrome de Haw es la protrusión del tercer párpado, también conocido como “ojo de cereza”. Además, los gatos afectados pueden tener diarrea.
Afortunadamente, el síndrome de Haw no es doloroso. Aunque no daña directamente la vista del gato, el agrandamiento del tercer párpado puede comprometer su capacidad para ver. En general, el pronóstico es favorable porque el síndrome de Haw es autolimitante y tiende a desaparecer por sí solo. Por ello, el tratamiento puede no ser necesario.
7. Síndrome de Horner
Este trastorno neurológico implica daños en los nervios responsables de las funciones automáticas del cuerpo, como la dilatación de las pupilas, el parpadeo y el movimiento de los párpados. El daño en los nervios puede producirse tras una lesión en el cuello o la columna vertebral, coágulos sanguíneos en la médula espinal, tumores o infecciones del oído medio.
La mayoría de los síntomas se manifiestan en un ojo de un lado de la cara. Algunos signos del síndrome de Horner son las pupilas contraídas, el ojo de cereza, la caída del párpado superior y un ojo vacío que hace que tu gato parezca entrecerrar los ojos. A algunos gatos se les ensanchan los vasos sanguíneos, lo que hace que las orejas se pongan rojas y calientes. Afortunadamente, la enfermedad no suele afectar a la visión ni causa dolor.
Conviene hacer un chequeo veterinario, ya que el síndrome de Horner es indicativo de un problema subyacente. El tratamiento del síndrome en sí no es necesario. Sin embargo, puedes hablar de tratamiento si tu veterinario identifica una causa subyacente, como un tumor.
8. Cataratas
Las cataratas son menos frecuentes en los gatos que en los perros. Pueden identificarse por una opacidad distintiva del ojo con una película gris blanquecina, que cubre el cristalino progresivamente.
La causa número uno de cataratas en los gatos es la inflamación intraocular crónica (uveítis). También pueden aparecer a medida que el gato envejece. La genética también influye, ya que las cataratas hereditarias son más frecuentes en determinadas razas, como los persas y los himalayos.
Para determinar la causa, los gatos que tengan los ojos enturbiados deben acudir siempre al veterinario. Si no se tratan, las cataratas pueden evolucionar a una pérdida parcial o total de la visión. Pero los gatos pueden seguir disfrutando de una buena vida si no tienen otras afecciones graves subyacentes. “Las cataratas propias de la edad rara vez llegan a ser lo bastante importantes como para requerir una intervención quirúrgica, y estos gatos suelen orientarse y adaptarse debidamente”, explica el Dr. Holmberg. Aunque no existe una cura medicinal para las cataratas, los veterinarios pueden recetar gotas oculares para ayudar a disminuir la inflamación.
9. Entropión
El entropión es el enrollamiento del párpado hacia dentro, que provoca una fricción dolorosa entre las pestañas y la superficie ocular. “Suele observarse en gatos mayores o con pómulos prominentes, como los maine coons”, dice el Dr. Alario. Las razas de cara chata, como los persas, también son propensas al entropión.
Entre los signos del entropión se incluyen el lagrimeo excesivo, los ojos entrecerrados, el enrojecimiento, los espasmos de los párpados o la flacidez de la piel alrededor de los ojos. Las infecciones, las anomalías congénitas, los tumores o una reacción alérgica pueden causar esta afección. Las gotas oculares medicinales o los lubricantes pueden proporcionar alivio, pero no corregirán la anomalía. Según el Dr. Alario, la enfermedad puede tratarse muy bien con cirugía.
10. Infecciones con síntomas relacionados con los ojos
Los gatos también pueden padecer diversas infecciones que pueden afectar a los ojos, como por ejemplo:
- Virus de la inmunodeficiencia felina (VIF): una de las enfermedades infecciosas más comunes en los gatos de todo el mundo. El VIF debilita el sistema inmunitario. Esto hace que los gatos sean susceptibles a infecciones secundarias que causan inflamación ocular, estornudos o goteo nasal.
- Leucemia felina (LF): en EE. UU., la LF afecta al 2-3 % de los gatos y suele transmitirse a través de secreciones corporales (es decir, saliva, mucosa nasal, orina y heces). La LF afecta a los gatos de forma diferente. Puede aparecer un tinte amarillento en el blanco de los ojos de los gatos infectados. No hay cura para la LF, pero los veterinarios pueden controlar los síntomas de la enfermedad.
- Peritonitis infecciosa felina (PIF): esta enfermedad vírica está causada por determinadas cepas del coronavirus felino. La PIF no es muy frecuente, pero suele ser mortal. La PIF no aguda o “seca” puede provocar problemas oculares, incluida la inflamación.
- Toxoplasmosis: una de las enfermedades parasitarias más comunes. La toxoplasmosis es más probable que afecte a gatos inmunodeprimidos (cachorros y gatos con VIF o LF). Esta enfermedad puede provocar uveítis, cambios en el tamaño de las pupilas, sensibilidad a la luz e incluso ceguera. Los antibióticos son el tratamiento habitual.
- Criptococosis: aunque las infecciones fúngicas son raras, la criptococosis es la enfermedad fúngica más frecuente en los gatos. Puede afectar al sistema nervioso central, provocando ceguera. La criptococosis sistémica extendida por el organismo también puede provocar problemas oculares. La terapia antifúngica puede ser de ayuda, pero tal vez sea una opción a largo plazo.
- Conjuntivitis clamidial: esta infección de la membrana que rodea el ojo afecta principalmente a los gatos de menos de un año. Los signos clínicos incluyen ojos rojos o hinchados, secreción clara o de color de los ojos (o nariz) y estornudos. De 4 a 6 semanas de antibióticos pueden tratar la infección, aunque la recidiva no es poco frecuente. Para reducir el riesgo de clamidiosis de tu gato, debes hablar con tu veterinario sobre las vacunas disponibles.
¿Qué problemas del ojo felino son graves?
Algunos problemas del ojo del gato son más graves y pueden causar ceguera irreversible. Cuanto antes se detecten y traten estas afecciones, mejor suele ser el resultado para tu gato.
1. Uveítis
Consiste en la inflamación del interior del ojo. La uveítis puede ser dolorosa y provocar otras complicaciones oculares, como cataratas, glaucoma, degeneración o desprendimiento de la retina, o ceguera permanente.
Los signos de uveítis incluyen cambios en el tamaño de la pupila, enturbiamiento, enrojecimiento, lagrimeo excesivo, entrecerrar los ojos y secreción. El Dr. Holmberg dice que alrededor del 60 % de los casos no tienen una causa subyacente identificable, el 20 % son infecciosos y el 20 % cancerígenos. Entre las enfermedades infecciosas que pueden causar uveítis están la PIF, la LF, el VIF, la toxoplasmosis y la Bartonella.
Además, el Dr. Holmberg explica que, dado que la uveítis puede ser indicio de una enfermedad sistémica, puede ser necesario un examen médico exhaustivo por parte de un veterinario y un tratamiento agresivo. Los tratamientos de la uveítis dependerán de la causa, pero pueden implicar agentes antiinflamatorios tópicos o medicamentos sistémicos. Si los ojos duelen, están cegados y no responden a los medicamentos, la extirpación quirúrgica puede aliviar las molestias.
2. Desprendimiento de retina
Según nuestros expertos, la hipertensión arterial es la causa más frecuente de desprendimiento de retina. Suele aparecer junto con la enfermedad renal o el hipertiroidismo en los gatos. Por lo general, afecta a los gatos mayores. Los dueños pueden observar unas pupilas más dilatadas o cambios en la visión de su gato.
“Aproximadamente el 50 % de los gatos que tienen un desprendimiento de retina debido a la hipertensión volverán a fijar la retina y recuperarán parte de la visión tras el control de la tensión arterial”, dice el Dr. Holmberg, dejando clara la importancia de una intervención veterinaria rápida. Sin tratamiento, el desprendimiento de retina puede provocar ceguera irreversible.
3. Lesiones y traumatismos
Las lesiones oculares pueden deberse al juego, a una pelea con otro felino, a objetos extraños o a la exposición a sustancias químicas. Algunos signos típicos de traumatismo ocular son enrojecimiento, ojos llorosos, secreción o pus y sensibilidad a la luz. Pero, según el Dr. Alario, el síntoma más frecuente de una lesión ocular es entrecerrar los ojos.
Distingue entre entrecerrar los ojos con dolor y el amistoso “parpadeo lento” que dan los gatos cuando están contentos y se sienten seguros. “Normalmente, cuando los gatos hacen su ‘parpadeo feliz’, ambos ojos se medio cierran a la vez”, dice. Más preocupante es un gato que mantiene cerrado el ojo afectado mientras el otro permanece abierto.
Dado que los traumatismos oculares pueden provocar afecciones que empeoran progresivamente y pueden conducir a la ceguera, lo mejor es acudir inmediatamente a un veterinario o a un oftalmólogo veterinario. Si los dueños quieren brindarles algo de alivio mientras esperan la atención veterinaria, pueden utilizarse lágrimas artificiales para humanos de venta libre, como Refresh Celluvisc. Sin embargo, el Dr. Alario recomienda no utilizar gotas medicinales como Visine.
¿Cómo sé si mi gato tiene un problema ocular?
Según nuestros expertos, los signos clínicos más frecuentes de las enfermedades oculares en los gatos son enrojecimiento, secreción (mucosidad y pus), lagrimeo, enturbiamiento y ojos entrecerrados.
El Dr. Holmberg recalca que estos síntomas no son específicos de una enfermedad concreta, sino que apuntan a varias causas posibles. “Por lo tanto, si se observa alguno de estos signos, el dueño debe llamar a su veterinario para que le haga una revisión”, afirma. “El diagnóstico y tratamiento precoces de las enfermedades oculares es la mejor manera de preservar la visión y el bienestar”.