Durante tres años viví en una casa donde habían siete animales y mi pareja vivía con cinco más. Siempre me han gustado y no fue hasta entonces cuando tuve la ocasión de vivir con ellos y ver todo lo que un animal te puede aportar. Tengo predilección por los que tienen mucho pelo, pero también me gustan mucho los mimosos. Que te pidan besitos todo el rato es una de las mayores muestras de cariño que te pueden dar y es una gozada cuando se te suben encima y encuentran la pose perfecta en tus piernas o en el pecho y los ves descansar sin ningún miedo a que les pase nada. El amor que te puede dar un animal es incondicional y único. Me encanta poder jugar con ellos.