Cuando cuido a las mascotas al pasearlas, mi enfoque se centra en su seguridad, comodidad y bienestar. Antes de comenzar el paseo, me tomo el tiempo necesario para evaluar la personalidad y necesidades individuales de la mascota. Esto me permite adaptar el paseo a sus preferencias y limitaciones. Elijo rutas de paseo que sean seguras y apropiadas para la mascota. Evito áreas de tráfico intenso y siempre mantengo a los perros alejados de peligros potenciales, como carreteras concurridas o lugares con animales salvajes. Durante el paseo, mantengo una supervisión constante de la mascota para asegurarme de que esté segura y cómoda. Esto incluye estar atento a su comportamiento y reaccionar ante situaciones inesperadas. En algunos paseos, incorporo tiempo de juego y exploración, permitiendo que la mascota se divierta y se ejercite de manera saludable. Mantengo una comunicación constante con la mascota a través de comandos verbales y señales, lo que ayuda a establecer confianza y control durante el paseo.