Los bombay son el gato negro por excelencia. Su lustroso pelaje se combina con un par de ojos dorados en forma de platillo, lo que ha valido a la raza el apodo de “el niño de charol con ojos de penique nuevo”.
Aparte de su aspecto exótico, el bombay es un felino entrañable, juguetón y simpático.
¿Qué más podemos aprender sobre esta raza relativamente nueva?
1. Los gatos bombay tienen un lado “salvaje”
Al igual que el gato savannah o el gato bengalí, el bombay se crió con el objetivo de conseguir un felino doméstico de aspecto salvaje.
Los criadores estadounidenses cruzaron burmeses sable con gatos negros de pelo corto americanos para conseguir el exótico aspecto de pantera del bombay. Su contoneo de gato salvaje y su aspecto llamativo les han valido los apodos de “minipantera” y “pantera de salón”.
2. No son de Bombay
Los orígenes de esta raza se atribuyen a la criadora estadounidense Nikki Horner, que quería desarrollar una raza doméstica que se pareciera a un leopardo negro.
La Sra. Horner inició este proyecto en los años 50, y el primer gatito híbrido que tuvo éxito nació en 1965. Horner llamó a la raza “bombay” porque se parecía a los leopardos negros de aquella exótica ciudad portuaria de la India.
Los bombay están reconocidos como raza oficial por la Asociación Felina Española.
3. Los gatos bombay son totalmente negros
Los gatos bombay se reconocen fácilmente por su espectacular y reluciente pelaje negro. ¿Pero sabías que incluso su nariz y las almohadillas de sus patas son negras? Este rasgo no suele darse en otros gatos negros, una característica más que hace que esta raza destaque entre las demás.
Estos gatos de tamaño mediano tienen una constitución maciza y musculosa. Se dice que sus cuerpos compactos pesan más de lo que parecen.
4. A los gatos bombay les gusta el calor
Estos elegantes gatitos siempre están buscando el calor. No es raro encontrar un bombay descansando tranquilamente cerca de cualquier fuente de calor. Les encanta acurrucarse en el alféizar de una ventana al sol para calentarse, o incluso mejor, ¡encima de su humano!
5. Requieren un aseo mínimo
Esta noticia será una grata sorpresa para quien busque un gato que no requiera mucho mantenimiento. El pelo corto y suave del bombay no requiere mucha atención más allá del cepillado semanal.
Esta raza también muda menos que el gato medio. ¡Por mí genial!
6. Los bombay son muy sociables
Muy acertadamente apodados “gatos velcro”, los bombay tienden a mantenerse cerca de sus adorados dueños. Buscan la atención de su dueño y se sabe que siguen a su humano favorito de una habitación a otra.
Son especialmente buenos con los desconocidos. No verás a estos gatos corriendo a esconderse debajo de la cama cuando llega la visita. Lo más probable es que te reciban a ti (y a cualquier otra persona) con una cálida bienvenida en la puerta principal.
Estos gatos tan sociables odian quedarse solos durante largos periodos de tiempo, y son propensos a sentirse solos y deprimidos si se les deja solos demasiado tiempo. Desgraciadamente, esto puede conducir a un comportamiento destructivo. Si estás fuera trabajando todo el día, deja muchos juguetes para que tu gatito se entretenga, así como un rascador.
7. Tienen una vena mandona
No te equivoques: a los bombay les gusta estar al mando. Aunque estos simpáticos felinos suelen llevarse bien con otros gatos y perros, un gato bombay prefiere manejar él el cotarro.
8. Los gatos bombay son muy inteligentes
Estos gatos juguetones e interactivos son muy inteligentes. Se les puede adiestrar para que hagan trucos y jueguen a buscar. ¡Algunos de ellos incluso pueden aprender a salir a la calle con correa!
9. A los gatos bombay les gusta “meterse en su madriguera”
En mantas, claro. No es raro encontrar un bombay anidado en un montón de colada o bajo las sábanas de tu cama. Es el complemento perfecto para los dueños que disfrutan acurrucándose con sus animales a la hora de dormir. Pero ten cuidado cuando te metas en la cama: podría haber un gatito escondido bajo tu edredón.
10. Los bombay americanos son distintos de los bombay británicos.
Los criadores estadounidenses y británicos adoptaron enfoques diferentes para la creación de sus minipanteras. Los bombay americanos se consiguieron cruzando un burmés sable con un americano de pelo corto negro, mientras que los criadores británicos emparejaron gatos burmeses con gatos domésticos negros.
Las dos razas son parecidas, pero la principal distinción radica en sus ojos. Los bombay americanos tienen los ojos dorados o cobrizos, mientras que los bombay británicos suelen tenerlos verdes.
Los bombay tienen una combinación ganadora de buena apariencia y buenos modales. Una cosa sabemos con certeza: es un gato negro que no te maldecirá con la mala suerte si se cruza en tu camino.