Al igual que los humanos, los perros pueden sufrir diferentes lesiones y enfermedades que podrían derivar en una cojera. Aunque los perros están mejor preparados que las personas para este tipo de situaciones (al fin y al cabo, tienen cuatro patas), si un perro cojea es necesario llevarlo a una clínica veterinaria para que lo examinen. Si, además de cojear, tu perro presenta un dolor evidente, deberías consultar de inmediato con un profesional.
¿Por qué mi perro cojea?
Las causas de cojeras en perros más comunes están relacionadas con las patas, las caderas y los hombros. Los perros pueden sufrir una lesión en los pies fácilmente, lo que podría provocarles una cojera. Las causas de las lesiones en los pies incluyen:
- Una torcedura en un dedo
- Cortes y rasguños
- Un pinchazo en la almohadilla del pie
- Quemaduras en la almohadilla después de pisar un pavimento caliente
- Uña(s) rota(s) u otro tipo de herida en las uñas
La cojera de perro también podría estar causada por un problema con sus piernas. Estas lesiones son más difíciles de diagnosticar con solo una inspección visual. Los problemas de las piernas de los perros pueden incluir:
- Esguince muscular
- Hueso roto
- Rotura del ligamento cruzado (por lo general, en las razas más grandes)
Otras causas de la cojera musculoesquelética canina son:
- Displasia de codo o cadera
- Osteoartritis (en particular, en los perros mayores)
- Cáncer de huesos
- Panosteitis (en los cachorros en proceso de crecimiento)
- Dislocación o luxación de la rótula (por lo general, en razas pequeñas)
- Lesión o degeneración de la columna (disco)
Como dueña de perros desde hace muchos años, me he enfrentado a casi todas estas causas de cojera en perros a lo largo de los años, y todas ellas requieren ayuda veterinaria para su diagnóstico y tratamiento, incluyendo un alivio del dolor adecuado (recuerda que no está recomendado proporcionar a tu perro medicamentos de venta libre para humanos).
Síntomas de la cojera en perros y cómo ayudarles
En ocasiones, no solo es difícil averiguar cuál es la fuente del dolor, pata, hombro o cadera/columna, sino de qué pata cojea tu perro. En movimiento, puedes observar si se trata de una de las patas anteriores pero, si te ocurre lo mismo que a mí y la cojera no es aguda, a veces no está totalmente claro cuál es la pata a la que tu perro da preferencia.
Más de una vez, solo fui capaz de ver que mi perro no estaba poniendo todo su peso sobre la pierna afectada hasta que se quedaba quieto y mirándome en la cocina mientras esperaba por su galleta.
Es posible que observes que toca el suelo con los dedos o, si el dolor está localizado en el pie, tal vez veas cómo el perro mantiene su pata totalmente alejada del suelo. Si sabes con seguridad qué ha ocurrido y tu perro te lo permite, intenta lo siguiente:
- Pasa tus manos suavemente por la pierna del perro
- Examina el pie y revisa el espacio entre los dedos y la almohadilla
En el caso de los perros de abundante pelaje con patas muy peludas, a veces la vaina espinosa de una semilla, una gota de savia o una espina pueden quedarse alojadas en el pelo entre los dedos. Con cuidado, puedes utilizar unas tijeras para cortar el cuerpo extraño y proporcionarle un alivio instantáneo a tu perro.
Durante los meses de nieve del invierno, se pueden formar bolitas de nieve en la parte inferior de las patas y entre los dedos. La solución más sencilla es pasar unos minutos en la bañera echando agua templada sobre las patas de tu perro para derretir la nieve.
Consejo pro: para evitar que aparezcan estas bolitas de nieve, antes de que tu perro salga al exterior, utiliza un vaporizador para rociar un poco de aceite de cocina sobre sus patas y entre los dedos. Esto ayudará a repeler la nieve y el hielo.
Si no tienes un vaporizador, simplemente puedes frotar el pelo de las patas y los dedos con una pequeña cantidad de aceite.
Mi perro cojea y tiembla
Si tu perro sufre de forma repentina una lastimadura en la pata, como un esguince, una fractura, una herida punzante o una laceración, es posible que no solo cojee sino también tiemble. Esto suele ser una señal de dolor agudo y/o miedo, por lo que es necesario llevar al perro al veterinario lo antes posible.
Las fracturas, las heridas punzantes o las laceraciones (como las mordeduras de otro animal, la coz de un caballo o una vaca o las heridas producidas después de tropezar con la maleza espesa) requieren una atención médica inmediata.
Mi perro cojea pero no muestra ninguna señal de dolor
En ocasiones, los perros dan preferencia a una pata, normalmente una de las traseras, y la levantan mientras caminan (¡o corren!) a tres patas, pero no parecen sufrir ningún dolor. Esto se observa con mayor frecuencia en razas pequeñas, como los caniches toy y los chihuahas.
Una razón podría ser que, simplemente, tienen los pies fríos. Un par de botas para perros podría arreglar el problema.
Perros mayores y artritis: mi perro cojea al levantarse
Si tu perro se despierta con las piernas rígidas o cojea durante los primeros pasos después de una siesta, la razón podría ser la osteoartritis. Aunque se trata de una señal casi inevitable de que tu amigo peludo está envejeciendo, existen medicamentos para ayudar a tu perro a aliviar el dolor.
Los suplementos como la glucosamina, la condroitina y el MSM, entre otros, pueden resultar útiles para mejorar la movilidad de las articulaciones cuando los perros mayores cojean. Además, una visita al veterinario puede ayudar a tu perro a pasar su vejez con más comodidad. Nadar también es una forma estupenda para tu perro de mantenerse activo y con músculos fuertes sin ejercer una presión excesiva sobre sus articulaciones envejecidas.