- No sustituye a consejo veterinario profesional.
Los perros, al igual que las personas, tienen preferencias únicas en lo que respecta al contacto. Mientras que a algunos les encantan las caricias y los mimos, otros pueden ser sensibles al contacto físico, especialmente en las patas y el cuello. Si tu perro es sensible al contacto, es posible que notes que se estremece, gime o evita que lo toquen.
Esta aversión al contacto puede deberse a experiencias negativas en el pasado, lesiones, socialización limitada o falta de manipulación física siendo cachorro. Puede ser problemático en las visitas al veterinario, en la peluquería de mascotas y durante los viajes.
Para aprender a manejar la sensibilidad al contacto en perros, hemos consultado a dos adiestradoras: Annie-Mae Levy, adiestradora profesional y conductista en Woofz, y Paige Gordon, adiestradora profesional certificada en Spirit Dog Training. En este artículo, exploraremos las causas y los signos de la sensibilidad al contacto, y veremos también cómo ayudar a los perros a sentirse más cómodos, e incluso a disfrutar, cuando se les toca.
Razones por las que un perro es sensible al contacto
Para determinar si tu perro tolera que lo toquen, la adiestradora Paige Gordon aconseja hacer muchas pausas entre caricias. «Si se acerca a ti, te roza la mano con la cabeza o te da golpecitos con una pata, suele ser señal de que quiere que continúes acariciándolo», explica Gordon. Por otro lado, si se aleja, se queda quieto o gruñe, es probable que se sienta incómodo.
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Si tu perro es sensible al contacto, puede deberse a varios factores, entre ellos:
- Antecedentes de maltrato. Los perros que han sido maltratados o castigados en el pasado pueden mostrar recelo ante el contacto humano.
- Socialización inadecuada. Gordon señala que algunos perros pueden no haber recibido una manipulación corporal o una socialización adecuada de cachorros. La manipulación corporal desde una edad temprana es esencial para que un perro se sienta cómodo y seguro.
- Raza. La adiestradora Annie-May Levy señala que algunos perros tienen una predisposición genética a ser menos cariñosos. Las razas independientes, como el shiba inu, es posible que solo se dejen tocar de acuerdo con sus propios términos, a menos que se les socialice bien desde pequeños. Las razas como el galgo o el crestado chino tienen la piel fina, lo que puede hacerlas más sensibles al contacto.
- Factores ambientales. Gordon afirma que el clima es otro factor que hay que tener en cuenta. «Un perro grande y peludo es menos propenso a interesarse por las caricias y los mimos cuando hace mucho calor».
Razones médicas para acudir al veterinario por sensibilidad al contacto
Si la sensibilidad al contacto de tu perro es algo nuevo y repentino, Gordon aconseja llevarlo al veterinario, ya que puede ser síntoma de una enfermedad o dolor. El adiestramiento de desensibilización no será eficaz si el contacto le provoca molestias físicas a tu perro.
Entre las causas comunes relacionadas con la salud que provocan sensibilidad al contacto se incluyen:
- Artritis. La inflamación de las articulaciones puede provocar aversión al tacto.
- Parches calientes. Estas lesiones inflamatorias de la piel suelen aparecer en la cabeza, las patas o las caderas.
- Infecciones cutáneas. Las infecciones bacterianas, como la pioderma, pueden enrojecer la piel, hincharse y picar.
- Alergias. Las reacciones a alérgenos, como el polen o ciertos alimentos, pueden irritar la piel y hacerla sensible al contacto.
- Lesiones. Los cortes, esguinces o fracturas también pueden hacer que el tacto sea doloroso.
- Problemas dentales. La periodontitis puede causar sensibilidad alrededor de la boca.
- Infecciones de oído. Las infecciones dolorosas en el conducto auditivo suelen hacer que los perros presenten sensibilidad en la zona de la cabeza.
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Cómo ayudar a un perro con sensibilidad al contacto
Antes de lanzarte a efectuar ejercicios de manipulación corporal o adiestramiento de desensibilización, aquí tienes algunas formas de ayudar a tu perro a sentirse más a gusto.
- Consulta con un veterinario. Gordon recomienda empezar con un examen veterinario para descartar cualquier dolor o afección médica que pueda provocar la aversión de tu perro al contacto.
- Presta atención al lenguaje corporal. Si ignoramos las señales de incomodidad en nuestros perros, como lamerse los labios, jadear o apartar la cabeza, podemos reforzar accidentalmente su aversión al contacto. Es buena idea repasar las señales de estrés en perros.
- Acércate a tu perro lentamente. Los movimientos bruscos pueden ponerle nervioso. Acercarse lentamente ayuda a que el perro se relaje y se muestre más receptivo al contacto.
- Dile a tu perro que lo vas a tocar. Utilizar una señal verbal —como «listo»— ayuda a tu perro a anticipar el contacto. «Este tipo de previsibilidad puede marcar una diferencia significativa en la reacción de un perro», explica Levy.
- Déjale espacio a tu perro. Gordon anima a los dueños de mascotas a respetar el espacio personal de sus perros, especialmente cuando están descansando.
- Avisa a quienes te visiten de la sensibilidad del perro. Gordon también recomienda asegurarse de que cualquier invitado o extraño comprenda la aversión de tu perro al contacto.
- Trabaja con un especialista de la conducta. Si la sensibilidad de tu perro es elevada, Levy resalta que trabajar con un especialista certificado en conducta animal podría ser útil.
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Ejercicios de manipulación de las patas
Los ejercicios de manipulación son una de las mejores formas de ayudar a tu perro a superar la sensibilidad al contacto. Los ejercicios de manipulación de patas son un ejemplo bastante bueno del proceso.
Las patas son una de las zonas que más necesario es manipular en los perros, y también una de las que menos les gustan.
«Por lo general, se debe a que les han cortado las uñas demasiado cerca de la raíz y les ha dolido», aclara Levy. Los perros que han sufrido algún tipo de lesión en las patas pueden mostrarse reacios a que se las toquen. También puede ser simplemente por falta de exposición: si los perros no se acostumbran a que les toquen las patas, Gordon explica que a menudo se sentirán incómodos con ese tipo de contacto.
Enseñar a tu perro a «dar la pata» o a «dar la manita» es un buen punto de partida. Este ejercicio le da protagonismo a tu perro (él decide poner la pata en tu mano) y le ayuda a crear una asociación positiva con el hecho de que le toquen las patas.
Levy enumera los pasos:
- Toma golosinas muy apetecibles y ponlas en tu puño.
- Coloca el puño en el suelo y espera.
- La mayoría de los perros lo investigarán, lamiendo y mordisqueándote la mano. Al final, acabarán por utilizar las patas para llegar a la golosina.
- En el momento en que tu perro te toque la mano con una pata, señala la acción con un clicker o una frase y abre el puño mano para que pueda acceder a la golosina.
- Repite.
Una vez que tu perro se acostumbre a darte las patas, Gordon afirma que puedes empezar a tocárselas y manipularlas durante breves periodos. Por lo general, empieza por pasar solo un dedo por la pata. Poco a poco, puedes aumentar la duración y la presión hasta que puedas examinarle fácilmente las patas.
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Adiestramiento de desensibilización al contacto
Si tu perro muestra signos de incomodidad ante el contacto en general, el adiestramiento de desensibilización y el contracondicionamiento son un buen punto de partida.
El adiestramiento de desensibilización se basa en pequeños pasos: expones a tu perro a un estímulo que le da miedo de una forma tan suave que nunca se siente abrumado. Con el contracondicionamiento, recompensas al perro por la experiencia, con lo que sustituyes un sentimiento negativo por uno positivo. Con tiempo y práctica, aumentará la tolerancia de tu perro al estímulo desagradable.
Esta es una secuencia de ejemplo de desensibilización al contacto:
- Identifica el umbral de contacto de tu perro. Averigua cuánto contacto puede tolerar cómodamente tu perro antes de mostrar signos de estrés o alejarse.
- Empieza poco a poco. Toca a tu perro ligeramente, de una forma que pueda tolerar, y acompaña el tacto con un refuerzo positivo, como una golosina y elogios. Cuando la golosina se acabe, quita la mano.
- Aumentar la intensidad. Una vez que tu perro se sienta cómodo de forma constante, aumenta la duración o la presión suave de tu caricia, y vuelve a recompensarlo con una golosina y elogios. Repite hasta que tu perro se sienta cómodo de forma habitual.
- No tengas miedo de dar un paso atrás. Si en algún momento tu perro muestra signos de estrés, vuelve a la intensidad anterior.
- Haz sesiones breves. Incluso cinco minutos pueden ser mucho para practicar la manipulación corporal. Es mejor hacer varias tandas cortas y positivas al día que no una larga.
La desensibilización y el contracondicionamiento son una forma de adiestramiento para la modificación conductual, uno de los aspectos más difíciles del adiestramiento canino. Si te cuesta, plantéate llamar a un adiestrador con experiencia en refuerzo positivo, que podrá ayudarte a elaborar un plan y darte consejos.
Aunque es posible que tu perro nunca se convierta en amante de las carantoñas, el tiempo y la práctica pueden ayudar a muchos perros a tolerar el contacto lo suficientemente bien para que se les pueda cuidar, peinar y frotar las orejas de vez en cuando.