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- No sustituye a consejo veterinario profesional.
¿Has visto a tu perro sacudiendo la cabeza o rascándose las orejas de forma repetida? Vivo con tres sabuesos de orejas largas y a todos ellos les han diagnosticado una infección de oído en algún momento. Se trata de un problema de salud mucho más común en los perros de lo que podrías imaginar. A pesar de ello, limpiarles los oídos de forma regular realmente marca la diferencia.
Habla con tu veterinario antes de comenzar las limpiezas regulares mensuales o bimensuales para que te explique cómo limpiar los oídos de tu perro. Como asistente técnica veterinaria, he visto que determinados limpiadores pueden ser nocivos. Por ejemplo, deberías tener precaución con limpiadores que contienen clorhexidina si no conoces la integridad de la membrana timpánica de tu perro, algo que se puede descubrir mediante un simple examen.
Escoger un limpiador de oídos
Se puede utilizar una solución salina normal; se trata de una opción muy segura. Esto incluye productos como el limpiador de oídos Epi-Otic de Virbac. Epi-Otic tiene un pH bajo de 2,2 y no contiene ni clorhexidina ni alcohol. Otras opciones populares y seguras incluyen el limpiador Lisane y toallitas limpiadoras para oídos.
Si tu perro tiene una infección auditiva activa, necesitarás una solución diferente. Si observas secreciones, hinchazón, enrojecimiento u otros síntomas de alerta, consulta primero con tu veterinario, ya que puede ser necesaria una solución con receta. Los ácaros del oído, un problema relacionado, también deben ser tratados con medicamentos especializados.
Consejos esenciales para limpiar los oídos de perros
Las limpiezas regulares de los oídos realizadas por el dueño de una mascota deberían centrarse en el canal auditivo externo. Si quieres saber cómo limpiar orejas de perro, un asistente técnico veterinario o tu veterinario te pueden guiar a través de los pasos que encontrarás a continuación.
Materiales
Necesitarás bolas de algodón (jamás uses bastoncillos de algodón porque puedes lastimar a tu amigo peludo en caso de que se mueva) y un limpiador de oídos.
10 pasos fáciles
- Es importante usar bolas de algodón para eliminar los residuos visibles en el canal auditivo. Normalmente suele tratarse de cera y, en ocasiones, de un exceso de pelo. El exceso de pelo es común en muchas razas, incluyendo los terriers y los caniches.
- Puedes pedir ayuda a otra persona para limpiarle los oídos a tu perro, ya que puede ser necesario sujetarlo ligeramente. ¡A la mayoría de los perros no les gusta demasiado que les limpien los oídos!
- Coloca con cuidado el borde del dispensador de la botella directamente en la abertura del oído de tu perro, o remoja las bolas de algodón en el limpiador (mi consejo favorito). Puede ser útil calentar el limpiador dejándolo en la repisa de la cocina para que esté a temperatura ambiente.
- Aprieta suavemente el limpiador (o las bolas de algodón) hasta que veas el líquido en la abertura del canal auditivo.
- Después, masajea el oído mientras sostienes el pabellón auricular (la oreja) tirando de él hacia arriba para evitar las sacudidas habituales de los perros. Este masaje descompone los restos de suciedad.
- Después, retira esos residuos. Limpia con delicadeza la oreja con las bolas de algodón secas. Recogerás algunos de los residuos a medida que limpias el canal auditivo. Sigue limpiando las orejas hasta que los residuos desaparezcan.
- Repite esto hasta que todos los restos de suciedad hayan desaparecido.
- ¡Aléjate y deja que el perro se sacuda!
- Seca el oído con las bolas de algodón para asegurarte de que no queda humedad en el canal.
- Pasa al siguiente oído, enjuaga y repite.
¿Qué tipos de problemas auditivos afectan a los perros?
En el caso de la dolorosa otitis media (infección del oído medio), los síntomas pueden incluir dolor al abrir la boca, sacudidas de la cabeza, tocarse las orejas con las patas, inclinar la cabeza o un sentido del equilibrio alterado.
Las limpiezas rutinarias de los oídos no solo pueden prevenir enfermedades sino que, además, se trata de un proceso que te permite observar si algo va mal mientras lo llevas a cabo.