La “socialización” es una de esas palabras curiosas que, en el mundo perruno, parece que ha adoptado un significado propio. No es que las personas tiendan a definirla de modo incorrecto, sino que no la aplican tan ampliamente como deberían.
La socialización no solo significa ayudar a tu perro a estar cómodo con otras personas y otros perros; significa ayudarlo a estar cómodo con cualquier nuevo elemento del entorno.
Si, por ejemplo, llevas a tu perro a la ciudad, tendrás que socializarlo a todos los sonidos, desde los autobuses y motos al caos y a las obras. Si llevas a tu perro a un entorno natural, seguramente deberás socializarlo a los animales de granja del vecino y al sonido de algunos animales nocturnos.
Socializar a un perro adoptado
Después de los cachorros, los perros adoptados son los que más necesitan una socialización adecuada. Pero el modo de hacerlo va a depender de su historia y habilidades.
Aunque la protectora no pueda decirte mucho sobre su historia, el lenguaje corporal del animal en diferentes entornos seguramente te va a dar buenas pistas.
Cuantas menos experiencias positivas haya tenido un perro en diferentes situaciones durante su “periodo crítico de socialización” (en inglés) —entre las tres y las 16 semanas— más propenso será a tener miedo de las cosas nuevas.
Leer el lenguaje corporal de tu perro
¿Cuáles son las señales de que un perro tiene miedo? Un perro que mete la cola o prueba a soltarse de la correa en calles transitadas, por ejemplo, seguramente es un animal que ha tenido pocas experiencias (o ninguna) paseando en correa por calles muy concurridas.
La clave para socializar a un perro a lugares, sonidos o experiencias desconocidas es dejar que él marque el ritmo.
Busca señales de incomodidad, ansiedad o miedo en el lenguaje corporal de tu perro, lo que incluye:
- Cola metida
- Orejas aplanadas
- Se lame el labio o la nariz (normalmente lo hace unas cuantas veces seguidas)
- Bostezos
- Temblores
- Se agacha
- Prueba a salir disparado o se esconde
- Lloriquea
- Piloerección (se le eriza el pelo del cuello y/o de la columna)
Forzar a tu nuevo perrito a una situación incómoda antes de que esté listo lo va a abrumar y hará que se cierre en sí mismo. Hasta puede formar asociaciones negativas con la situación a la que le estabas intentando aclimatar. En vez de esto, ve despacio y deja que tu perro se vaya exponiendo gradualmente a situaciones más complejas.
El rol de las experiencias negativas pasadas
En algunos casos, las experiencias negativas pasadas pueden hacer que el perro sienta la necesidad de actuar de modo “agresivo” para defenderse de la amenaza que percibe.
Aprende a leer el lenguaje corporal de tu perro cuando está teniendo un comportamiento defensivo. Es posible que:
- Ladra
- Gruña
- Tenga una actitud amenazante
Si notas estos comportamientos, el trabajo de socialización que hagas seguramente va a tener que ir acompañado de otros elementos de adiestramiento y contracondicionamiento. Lo mejor es consultar a un adiestrador de perros profesional o apuntarte a una clase de grupo.
No obstante, si tu perro se muestra inseguro pero no tiene una actitud defensiva cuando le presentas a otros perros, niños, personas, calles transitadas, etc., las siguientes normas te van a ayudar a aclimatarlo gradualmente de un modo positivo.
Mejores prácticas para socializar a un perro adoptado
Haz que los encuentros sean positivos
Elogia y anima a tu perro. Si no presentas a tu perro a otros perros, usa todas las chuches que quieras (cuando lo presentas a otros perros, es mejor no utilizar comida para no crear disputas). Premia a tu perro cuando mire a lo que le da miedo o cuando interactúe con ello. Nunca fuerces a tu perro a interactuar si no está listo.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno
Si estás intentando presentarlo a otros perros cuando paseáis, una vez que hayas determinado que el otro perro es bueno, deja que tu perrito lo olfatee, elógialo y continúa el paseo al cabo de 30 segundos o menos. Lo puedes premiar con una chuche cuando ya os hayáis alejado del otro perro. Cuanto más tiempo pases en la nueva situación, más probable será que uno de los dos perros empiece a mostrarse incómodo o sobreestimulado.
Empieza con encuentros y entornos asequibles
Se trata de que mantengas a tu perro por debajo de su “umbral de estrés”. Si está relajado, podrá aprender. Pero si sus niveles de estrés se disparan, los posibles aprendizajes desaparecen. Si tu objetivo es que tu perro sea capaz de pasear sin problemas por una calle transitada, empieza yendo por una calle residencial tranquila. Cuando tenga más confianza, llévalo a una zona más concurrida, y así sucesivamente.
Consejos para resolver problemas
Si tu perro se siente abrumado o si ocurre algo inesperado, recuerda: debes calmarlo, no regañarlo.
En vez de esto, saca a tu perro de la situación con la mayor brevedad y ayúdalo a relajarse con mimos, jugando o con premios en forma de comida.