No sustituye la ayuda veterinaria profesional.
Al igual que a nosotros, a los perros les pueden doler los músculos y las articulaciones, pero a diferencia de que nosotros podemos comunicar fácilmente cuando sentimos dolor y buscar soluciones para aliviarlo, nuestros perros sufren en silencio rigidez en el cuello y tensión en los tendones en las patas.
Una de las mejores formas de aliviar el dolor de un perro es simplemente evitar que suceda en primer lugar. Según Shelah Barr, practicante de masajes para animales pequeños, entrenadora física canina certificada y propietaria de Happy Hounds Massage & Fitness en San Francisco, CA, ese es uno de los principales beneficios del masaje para perros.
“El objetivo general del masaje es relajar los músculos y liberar las articulaciones para que haya menos (o ningún) dolor, mejor rango de movimiento y mayor fluidez de movimiento”, explica Shelah. Masajear regularmente también nos ayuda a sintonizarnos mejor con los cambios en el cuerpo de nuestras mascotas, facilitando así la identificación de la tensión. “Dado que no esperas hasta que tu perro esté cojeando o sea reacio a hacer algunas cosas, esos problemas potenciales se cortan de raíz”, dice.
Cuándo y dónde masajear a tu perro
Cuando introduzcas el masaje, dice Shelah, conviértelo en una parte más de su rutina habitual. “Resiste la tentación de hacer algo fuera de lo habitual como cambiar la hora de comer o caminar, o pedirle a tu perro que se acueste en un lugar donde normalmente no lo haría”. En cambio, masajea a tu perro en momentos en que tú y él normalmente os relajáis juntos.
El masaje canino no requiere ningún material especial, pero debes asegurarte de estar masajeando a tu perro en una superficie que sea cómoda y de apoyo para ambos. Otras formas de preparar a tu perro para una experiencia de masaje positiva incluyen:
- Masajear a tu perro en un área tranquila de la casa con mínimas distracciones.
- Elegir un momento en el que tu perro tenga sueño, como antes de acostarse
- Esperar al menos 30 minutos después de su última comida
- Darle un descanso para hacer sus necesidades antes de comenzar
Técnicas de masaje canino
Si bien el masaje está destinado a ser relajante, algunos perros pueden resistirse al principio simplemente porque no les resulta familiar. Shelah recomienda usar un toque ligero y moverse lentamente al principio, adhiriéndose a las “partes blandas” que es más probable que sean tejidos musculares. “Si le mueves la pata hazlo lentamente para que no se sorprenda”, aconseja. No presiones hacia abajo sobre articulaciones o huesos sensibles, nunca dobles una articulación en una dirección antinatural y omite las áreas donde tu perro prefiere que no lo manipulen.
En el masaje, los básicos son el effleurage y el petrissage. Haciendo effleurage, tus manos aplican una presión suave mientras se mueve de un extremo del músculo al otro entre las articulaciones. La técnica proporciona una “excelente manera de darle a tu perro un masaje competente sin tener que conocer la anatomía detallada”, explica Shelah.
Masajea siempre hacia el corazón, dice Shelah, que promueve la circulación de la sangre y el sistema linfático. Si estás masajeando la parte inferior de la pata, desde el tobillo hasta justo por encima de la rodilla, por ejemplo, ella recomienda colocar las manos en la parte inferior de la pata y luego aplicar una presión suave y constante en la parte posterior mientras te mueves hacia la parte posterior de la rodilla.
A diferencia del effleurage, que frota la longitud del músculo, el petrissage se dirige a su núcleo mediante una presión ligera y constante. “Aplica una ligera presión para amasar suavemente el vientre del músculo, la parte más gruesa, que suele estar en el medio de la extremidad”, dice Shelah. Mantén los dedos en movimiento a medida que avanzas, dedicando solo unos 15 segundos a cada músculo.
Si tu perro parece inseguro o confundido por tus primeros intentos de masaje, permítele el espacio que necesita para sentirse cómodo. Está bien si se levanta y camina durante la sesión, dice Shelah. Si está ansioso por irse por completo, también está bien. Parte de una experiencia de masaje positiva es brindarle a tu perro la oportunidad de parar cuando se sienta incómodo o extraño. Si quiere irse, haz una pausa en el masaje y vuelve a intentarlo en otro momento, pero no te rindas por completo, aconseja Shelah. “Una vez que se dé cuenta de que se siente bien, probablemente pedirá un masaje”.
Cómo darle un masaje a tu perro
Para un masaje completo básico, combina las técnicas de effleurage y petrissage. Comienza con solo unos minutos de masaje y continúa con sesiones más largas de 10 minutos o más.
Para evitar lastimar accidentalmente a tu perro, nunca apliques demasiada presión ni intentes llegar al tejido profundo tú mismo. El masaje de tejido profundo debe dejarse en manos de profesionales con conocimiento de la anatomía del perro.
- Comienza por calmar a tu perro con algunas caricias suaves. Usa caricias largas y lentas en la espalda, el vientre y otras partes del cuerpo donde le gusta que lo toquen.
- Comienza en la parte posterior del cuello de tu perro, aplicando una presión suave con un movimiento circular con las yemas de los dedos.
- Mueve los dedos hacia abajo y aplica una presión suave con un movimiento circular entre los omóplatos de tu perro.
- Pasa a las patas delanteras. Comienza con las manos en el tobillo y luego muévelas lentamente hacia la parte posterior de la rodilla. A algunos perros no les gusta que les toquen las patas, así que asegúrate de estar atento a los signos de malestar.
- Acaríciale la espalda presionando suavemente con los dedos desde la cabeza hasta la base de la cola en un lado de la columna, luego desde la cola hasta la cabeza en el otro lado de la columna. No ejerzas presión sobre el hueso en sí.
- Pasa a las patas traseras. Aplica una presión suave con las manos en el tobillo y luego muévelas lentamente hacia la parte posterior de la rodilla y luego hacia el muslo. Si tu perro está rígido, también puedes intentar estirar suavemente sus patas traseras.
- Termina con un masaje en las orejas. Coloca el pulgar en la base del lado interno de la oreja y tu dedo índice en el lado externo, luego presiona suavemente para deslizarlos hacia la punta de la oreja.