Saltar es uno de los comportamientos más comunes que los dueños de los perros quieren evitar. Pero frenar los saltos es cuestión tanto de cambiar el comportamiento del humano como el del perro.
La forma en la que respondes a un perro que salta es importante, y todo se reduce a acción y consecuencia.
- Si tu perro te salta encima cuando juega con algún juguete, deja de jugar; suelta el juguete y vete.
- Si tu perro te salta encima cuando le preparas la comida, no lo apartes; deja la comida y vete (y asegúrate de que no puede llegar a ella).
- Si tu perro te salta encima cuando llegas a casa, no entres; espera un momento fuera para que se calme.
En todas estas situaciones, tu perro QUIERE algo —tu atención, comida o jugar—. Esto es lo que le motiva a saltar y le acerca al objeto que desea.
Para cambiar el comportamiento, tu perro tiene que entender que saltar no solo no funciona a la hora de conseguir lo que quiere, sino que además provoca que el objeto que desea desaparezca o se aleje. En otras palabras, quitando la recompensa, tu perro deberá probar otra estrategia para conseguir lo que quiere.
Cuando ves que intenta comportarse de forma diferente —por ejemplo, se sienta cuando entras por la puerta en lugar de saltar— dale una buena recompensa.
Cuanto más recompenses a tu perro por su comportamiento, ¡más veces lo va a practicar!
Cambiar un impulso natural
Este proceso no sucede de la noche a la mañana. Y lo que es más frustrante es que antes de ver una mejora en su comportamiento, es posible que empeore. Esto tiene lugar en el proceso de extinción, cuando tu perro intenta por todos los medios reforzar su comportamiento natural para conseguir lo que quiere.
¡Pero debes mantenerte firme! Si puedes usar estas estrategias de forma recurrente, con el tiempo observarás un cambio duradero.
Si tu perro te salta encima porque está muy contento:
- Gírate de espaldas. No trates de apartarlo con los brazos. Seguramente pensará que, por lo menos, saltar le hace ganar tu atención, o hasta que estás jugando con él. NUNCA empujes a tu perro cuando te salta encima, es peligroso y le puede hacer daño.
- Si te has girado de espaldas una o dos veces y tu perro sigue saltándote encima, comunícale que este comportamiento no es aceptable diciéndole “¡mal!” y alejándote, si puede ser con una puerta o una reja de por medio.
- Si tu perro se ha calmado, puedes volver a interactuar con él.
Si tu perro te salta encima cuando llegas a casa:
- Abre un poco la puerta. Si tu perro está muy emocionado y tiene una o más patas fuera del suelo, cierra inmediatamente la puerta y espera 30 segundos.
- Empieza a abrir la puerta otra vez. Si tu perro aún está saltando, cierra la puerta y espera otros 30 segundos.
- Continúa cerrando la puerta y esperando hasta que tu perro esté lo suficientemente calmado como para que tú puedas entrar sin que te salte encima.
Si tu perro salta encima de tus amigos cuando te visitan:
- Pon la correa a tu perro y abre la puerta para el invitado. Dile que llame a la puerta cuando llegue (para avisarte) pero que entre solo y espere en la entrada a que vayas a saludarle.
- Cuando tu invitado haya entrado, acerca a tu perro lo suficiente para que pueda ver al invitado pero no llegar a él. Ordena a tu perro que se siente.
- Dile a tu amigo que venga hacia ti pero que se pare y se quede quieto si tu perro se emociona demasiado y se pone de pie. Cuando esto pase, capta la atención de tu perro sin perder la calma y mándale sentarse. Cuando esté sentado, tu amigo puede continuar andando.
- Repite el paso 3 hasta que tu amigo llegue a tu perro cuando tenga las cuatro patas en el suelo. Cuando esto pase, ¡deja que se saluden!
Si tu perro salta encima de desconocidos que le saludan en el parque:
- Pregúntale al simpático desconocido si se quiere molestar a dedicar un momento a enseñar a tu perro a saludar de forma educada. Dile que se quede quieto para que seas tú el que vaya hacia él.
- Empieza a andar con tu perro hacia él para saludarle. Si tu perro se emociona mucho —si tira, salta, ladra, etc.— llama su atención de nuevo retrocediendo uno o dos pasos.
- Dale un momento a tu perro para que se calme (está bien si está de pie o sentado) y luego empieza a acercarte de nuevo a la persona. Repite el paso dos cada vez que tu perro se emocione demasiado.
- Cuando lleguéis a vuestro nuevo amigo y tu perro tenga las cuatro patas en el suelo, deja que se saluden.