Ayudar a un perro agresivo no siempre es fácil. Y, en primer lugar, a menudo se malinterpretan las razones por las que un perro es agresivo.
Como adiestradora, me encuentro con dueños preocupados que me preguntan: “¿qué puedo hacer con las conductas agresivas de mi perro?”. Lo primero que recomiendo es tranquilizarse. La causa principal de la agresividad de tu perro no es que sea “malo” o “cruel” por naturaleza. Lo más probable es que tenga miedo de un entorno o un estímulo particular, o que estos le causen inseguridad. La agresividad y el miedo son las dos caras de una misma moneda.
Causas comunes de la agresividad en perros
- Un acontecimiento traumático o una serie de experiencias traumáticas con personas o con otros perros.
- Una falta de socialización con determinados entornos o tipos de individuos.
- La experiencia de que alguien le quite o le niegue recursos importantes, como la comida o la seguridad.
La fisiología canina, factores como la genética, las hormonas y los desequilibrios químicos, también pueden contribuir a la agresividad. Además, las enfermedades, el dolor o la demencia en un perro mayor pueden hacer que muestre un comportamiento agresivo.
Por qué no funcionan los castigos
Aunque las conductas agresivas de los perros suelen deberse a la ansiedad o la incertidumbre, no es raro encontrarse con dueños y adiestradores de perros que abordan la agresividad canina actuando ellos mismos de forma agresiva. Lamentablemente, con el método de castigo a un perro debido a su comportamiento agresivo, es mucho más probable que el perro responda con un ataque.
Castigar a un perrete por tener miedo probablemente le creará más ansiedad cuando se enfrente a situaciones que le asustan o le resultan desconocidas. Recuerda: más miedo = más agresividad. Es un círculo vicioso.
Más miedo = más agresividad.
Piensa en ello como si se tratase de niños. Si tu hijo tiene miedo a la oscuridad, no lo castigarías obligándolo a sentarse en una habitación oscura durante horas. En su lugar, podrías ayudarlo a acostumbrarse a la oscuridad instalando una luz nocturna, dejando la puerta abierta y la luz del pasillo encendida, permitiéndole dormir con el perro de la familia para que tenga una sensación de protección, etc.
Ayudar a un perro agresivo a curarse requiere el mismo tipo de compasión y comprensión y un fomento de la confianza.
Desencadenantes de la agresividad canina
Cuando alguien me dice que tiene un perro “agresivo”, mis primeras preguntas son: “¿Qué hace tu perro cuando actúa con agresividad? (por ejemplo, gruñir, ladrar, morder, embestir)?” y “¿Cuándo ocurre esta agresividad?”.
La mayoría de los perros no son agresivos de manera uniforme hacia todo, sino que existe un desencadenante particular (por ejemplo, cuando ven a un hombre o, de forma más específica, cuando ve que un hombre entra en su casa).
Responder a ese desencadenante ladrando o mordiendo es la forma que tiene tu perro de defenderse o intimidar para garantizar su seguridad personal (y, en ocasiones, la de sus seres queridos o de sus recursos “de valor”).
En muchos casos, un perro puede estar satisfecho con las conductas agresivas mostradas si, como resultado, la amenaza percibida se aleja. En otras ocasiones, un perro puede tener la impresión de que no tiene otra opción más que luchar para acabar con la amenaza.
Algunos de los desencadenantes de la agresividad canina más comunes incluyen:
● Interacción con otros perros
● Interacción con personas o con una categoría particular de personas (los niños y los hombres suelen ser habituales)
● Interacción con personas o perros mientras están sujetos por la correa
● Desconocidos que se acercan al territorio de un perro o intentan entrar en él (especialmente si el perro está atado o en un recinto vallado)
● Amenazas percibidas hacia recursos importantes, como la comida, los juguetes o los lugares donde duerme
Ayudar a un perro a superar su agresividad es una tarea difícil; cambiar una respuesta emocional negativa por una positiva también. Un adiestrador canino certificado, experto en técnicas de refuerzo positivo, te puede ayudar a establecer objetivos realistas y a alcanzarlos mediante un proceso de desensibilización y contracondicionamiento gradual.
Lo importante en este caso es ser realistas. Un parque para perros probablemente nunca será lo más adecuado para un perro agresivo con otros perros, y los perros reactivos a la correa probablemente siempre necesiten algo de control durante los paseos. Puede que tu perro nunca cumpla tus expectativas, y aceptar este hecho es necesario para trabajar con un perro agresivo o, simplemente, para quererlo.
¿Qué hacer si tu perro es agresivo en público?
Si tu perro es agresivo en público, es importante que determines hacia qué se dirige su agresividad y qué “desencadena” este comportamiento. Cuando hayas identificado esto, tu primer objetivo debería ser evitar que tu perro se acerque demasiado al desencadenante de sus conductas agresivas.
El espacio es clave para evitar que un perro se sienta amenazado o inseguro. Cuando hayas descubierto cuánto espacio necesita tu perro, puedes comenzar ayudándolo gradualmente a construir asociaciones positivas con su desencadenante, irónicamente, haciéndole ver que este hará que sucedan cosas maravillosas. Esto se denomina desensibilización-contracondicionamiento.
Si obtener la distancia necesaria con respecto al desencadenante no es posible (por ejemplo, si tu perro es agresivo con los hombres y vives en una ciudad) y quieres pasear con seguridad a tu perro y mejorar su agresividad poco a poco, tendrás que transportarlo a lugares más tranquilos en los que salir a dar caminatas o jugar.
También deberías desensibilizar a tu perro hacia el bozal para garantizar que no hará daño a otra persona o perro si de repente empieza a atacar. Aunque los bozales tienen un aspecto intimidante y restrictivo, son herramientas necesarias para proporcionar una libertad adicional a un perro inestable o impredecible.
Un perro correctamente desensibilizado hacia el bozal no debería tener ningún problema en llevarlo, siempre y cuando selecciones el estilo apropiado. Busca un bozal Baskerville o de cesta, no los bozales de nailon que se ajustan firmemente alrededor de la nariz de un perro. Al ponerle el bozal de nailon, puedes provocar que la temperatura de un perro aumente rápidamente ya que, al estar diseñado para usarse durante las sesiones de peluquería y no en actividades al aire libre, evita que los perros jadeen.
Qué hacer si tu perro es agresivo en casa
La agresividad en casa puede suponer de alguna manera un desafío mayor que la agresividad en público, en parte porque las esquinas y los ángulos de una vivienda pueden impedirnos proporcionar a un perro agresivo suficiente distancia con respecto a su desencadenante para que se sienta seguro.
Si tu perro es agresivo con los niños o con otros perros en casa, es posible que la mejor opción sea buscarle otro hogar. Poner a tu perro en una situación en la que debe controlarse a diario mientras sufre un gran estrés solo va a encaminarlo al fracaso y, cuando se trata de un perro agresivo, esto suele significar que acabará mordiéndole a alguien. Será mucho más fácil encontrarle un nuevo hogar a tu perro antes de presionarlo hasta ese punto.
Si el problema de la agresividad está relacionado con algo que solo ocurre ocasionalmente en casa, por ejemplo, invitados que están de visita, puede ser útil establecer “rituales” específicos para reconfortar a tu perro que, a largo plazo, permitirán lograr algunas mejoras en su agresividad.
Aunque es posible que quieras que tu perro esté presente cuando tienes visitas, probablemente se sienta más seguro si no tiene que participar. Establecer un protocolo para la situación os ayudará a gestionar mejor vuestras emociones. Por ejemplo:
● Antes de que lleguen tus invitados, ten preparado un juguete interactivo que contenga chuches deliciosas en su interior para que tu peque se distraiga con ello.
● Cuando suene el timbre, lleva los juguetes y a tu perro a una habitación alejada en la que hayas colocado una cama cómoda para él. Recomendamos usar un reproductor de música para tranquilizar el ambiente.
● Cierra la puerta (o la puerta para bebés) y recibe a tus invitados en otra zona.
● No saques a tu perro de su zona tranquila hasta que todos tus invitados se hayan ido.
Aunque este protocolo en concreto pertenece más bien a la categoría de “gestión” en lugar de “adiestramiento”, sí es cierto que tiene en parte una doble función. Tal y como tu perro lo ve, el timbre suena y, de repente, aparecen ante él varios juguetes con su comida favorita.
En otras palabras, ¡el timbre predice un festín increíblemente especial! Con el tiempo, es posible que tu perro empiece a pensar que, al fin y al cabo, el timbre no es algo tan malo, y tal vez puedas empezar a entrenarlo para que se quede contigo cuando tienes visita.
Qué hacer si tu perro muerde a alguien
Si el perro muerde a una persona o a otro perro, puede que la situación sea más grave de lo que piensas. Incluso una mordedura leve puede hacer que las autoridades intervengan. La agresividad es un problema que no debe tomarse a la ligera. Si tu perro ha mordido a alguien, es importante que obtengas inmediatamente ayuda de un adiestrador experto en el refuerzo positivo, nunca de alguien que usa métodos o técnicas de castigo basados en una teoría de “dominación” anticuada y desaprobada.
¡Buena suerte!