Tuve un pastor alemán llamado Bracko durante 13 años. Sentí de primera mano el vínculo afectuoso que podemos desarrollar entre uno y su mascota. Queremos lo mejor para ellos y nos en encanta verlos felices, por esto nos gusta tanto jugar y darles el cariño que merecen. He tenido la oportunidad de cuidar de mascotas de familiares y últimamente de amigos cuando se van de viaje vacaciones. Su perrita (una beagle) pasa, al menos, una semana en mi piso. Voy a su casa a buscarla en mi coche. En mi piso se siente como en casa, armo su kennel en el balcón -o en la sala si hace frío- y queda lista para sentirse a gusto. A mi hijo de casi dos años le encantan los perros. Los cuidados que le doy a esta perrita son estrictamente los que sus dueños me piden; la saco mínimo dos veces por día (30 min o más cada paseo) por un parque espectacular que tengo frente a mi vivienda. ¡Estaría encantado de cuidar de tu mascota!