Con la llegada de la primavera, además del buen tiempo, aparece un temido enemigo de nuestros perretes: la oruga procesionaria del pino.
Esta oruga de color negro y gris es muy común en los bosques de pinos y cedros de toda la península y Baleares, así como en parques y jardines públicos en casi todas las ciudades de España. En su exterior presenta unos pelos rojizos, llamados tricomas, que desprenden una toxina urticante que puede resultar mortal para los canes.
¿Cómo saber si mi perro ha tenido contacto con la oruga?
Si ves que tu perro se rasca el hocico como si buscara “arrancarse algo de la lengua” y además está salivando en exceso, lo mejor es llevarlo urgentemente al veterinario. También se recomienda lavar bien la boca del perro con abundante agua para reducir el efecto de los pelos de la oruga.
Los síntomas que produce la toxina de la oruga procesionaria del pino tienen las mismas características que las de un shock alérgico: inflamación de lengua, boca, esófago y estómago. El efecto de esta toxina es tan devastador que los perros pueden llegar a perder la lengua -ésta se necrosa completamente-, e incluso peor, si el efecto llega al esófago, tu peludo puede morir asfixiado.
Efecto de la Oruga Procesionaria en perros
¿Por qué “procesionaria”?
Durante el invierno, las orugas suelen permanecer en el nido que forman en las hojas del pino. Una vez que la temperatura y la humedad aumentan, las orugas empiezan a descender del árbol en forma de procesión.
¿Y los humanos?
Estas orugas no sólo son peligrosas para nuestros amigos peludos, los humanos también debemos tener mucho cuidado, los trícomas pueden provocar irritación de oídos, nariz y garganta.
Cuidadores y dueños de perros, ¡estad muy atentos! No perdáis de vista a vuestros perros cuando vayáis a parques y jardines públicos.
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