El setter irlandés es una de las razas de perros más hermosas. Sus admiradores son incapaces de resistirse a su largo pelaje de color caoba, sus enormes ojos marrones, sus orejas suaves como la seda y su entusiasmo constante. Pero a esa expresión de no haber roto nunca un plato y a su increíble apariencia física se añaden algunas complicaciones diarias con las que todos los dueños de un setter irlandés se identificarán.
La terquedad
Por muy hermosos que sean, en ocasiones también pueden mostrarse algo tercos, hasta el punto de volver loco al más paciente de los dueños…
Los ladridos
¿Estás pensando en adoptar un cachorro setter irlandés? Hazte con unos tapones para los oídos y avisa a los vecinos. No te puedes imaginar lo ruidosos que pueden llegar a ser estos perretes…
Y hablando de ruido…
Una de las características del setter irlandés es que se trata de una raza bastante vocal. Además de los fuertes ladridos, muchos setters insisten en unirse a las conversaciones de sus humanos con su propia forma de “hablar”. Cuando quieren comer y salir a pasear, los perros setter irlandés pueden ser realmente parlanchines.
El barro
No solo les apasiona la vida, también les apasionan los charcos. Y los arroyos, el barro, el mar, el estiércol, los prados, los areneros, las polvaredas… la lista nunca acaba. Si hay algo que puede ensuciar su hermoso pelaje, no lo dudes: tu setter irlandés lo encontrará. Después se revolcará en ello.
Pesadilla en la peluquería
El cuidado del setter irlandés no es precisamente fácil: largo pelaje + pasión por revolcarse en el barro = largas sesiones de peluquería.
Lo tuyo es mío
Ya sabes cómo funciona… un largo día de trabajo, ponen tu programa favorito en la tele, estás deseando acurrucarte en el sofá y… Vaya, alguien te ha robado el sitio. ¿Y va a moverse? Probablemente no.
Especialistas en escaparse
El carácter del setter irlandés no es tan inocente como puede parecer: cuando se trata de escaparse, estos peludos son increíblemente inteligentes. Pueden abrir puertas, excavar, abrirse paso a bocados… si tu setter quiere encontrar una forma de escaparse, lo logrará.
No entienden lo grandes que son
Sentarse en tu regazo no era un problema cuando era un cachorro, ¿por qué ahora tu setter ya no puede sentarse en tu regazo?
Los dueños de perros grandes también pueden identificarse con esta situación.
Expertos delincuentes
Los setters irlandeses son amantes de lo ajeno, lo que tal vez te sorprenda cuando descubras que tu cepillo de pelo favorito, tus nuevos zapatos o una tarta red velvet de tres capas (basado en hechos reales…) ha desaparecido.
No obstante, no importa el número de veces que desaparezcan los calcetines, que tus cenas sean interrumpidas por huéspedes no deseados o que tengas que cepillar el pelaje de tu setter para quitarle montones de barro: nunca podrás enfadarte con tu peque. ¿Por qué? Porque con solo mirar su cara, todo estará perdonado.
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